Nacido en Lomas de Zamora, ofrece sus redes sociales con miles de seguidores para conectar a emprendedores de todo el país. Desde este mes va a ir a visitarlos con su hijito Alessandro para darles más visibilidad. “Quiero ayudar, enseñarle a mi hijo la cultura del trabajo y devolverle al país lo que el país me dio”, asegura.
Las redes sociales tienen múltiples caminos y objetivos. Con miles de seguidores en sus redes sociales Alejandro Monno decidió un día inclinar su balanza hacia el lado de la solidaridad y usar sus plataformas, en especial su Instagram, para publicar videos y conectar a emprendedores de todo el país.
Ponerse al hombro la movida no fue fácil pero, convencido de su “misión” –así la define- Alejandro avanzó y la rueda empezó a girar. Hoy ya se sumaron casi mil personas que, a través de él como puente, ofrecen su trabajo y se conectan entre sí. Su idea es que la red crezca al infinito lo mismo que la ayuda y el trabajo.
“Los emprendedores son un motor fundamental que necesita crecer. Desde la pandemia, nacieron muchos proyectos muy ingeniosos y útiles que están invisibilizados. Gracias a Dios tengo trabajo, por eso decidí ayudar a otros a que lo consigan o crezcan en lo que hacen”, subraya convencido Alejandro.
Hasta ahora el influencer, que nació en Lomas y creció en Lanús, viene compartiendo en sus redes los videos de emprendedores de todo tipo: desde comerciantes, profesionales y artesanos hasta personal trainers, tarotistas y tatuadores , entre otros.
Recientemente hizo un masivo sorteo con servicios o productos ofrecidos por los mismos emprendedores y también aportes de comerciantes amigos. Este 2024, el influencer decidió subir la apuesta. “Desde este mes, vamos a ir con mi hijo Alessandro a visitar los microemprendimientos. Es una idea que me surgió para hacerlos todavía más visibles. También para que mi hijo conozca más de la cultura del laburante, del trabajo, que es la única que siempre te lleva a progresar”, reflexiona Alejandro.
Pasado, presente y futuro
Hijo de Cayetano, un albañil italiano “todo terreno” y de María Beatriz, una ama de casa full time, Alejandro supo desde chico lo que era pelearla para “ganarse el mango”. Con una infancia con el corazón dividido entre Lomas de Zamora y Lanús, a los 13 años empezó a trabajar de tarjetero de un boliche y llegó a encargado a los 18. Con el primer sueldo se compró una bicicleta y después una moto para poder moverse por el conurbano sur.
Después, fue modelo y con sus trabajos logró acceder a su primer auto. Probó como stripper en el Golden y creó su propia marca de ropa con la que hizo base en Canadá. Mientras tanto, estudió licenciatura en administración de empresas. “Mis padres no tenían dinero para bancarme el estudio así trabajé yo. Me acuerdo que en el Golden me puse Maxi en homenaje a un gran amigo con el que entrenábamos en el Country de Banfield. Mi primera novia era de Lomas de Zamora. Vivía a una cuadra del lugar donde nací con 5 kilos. Mi madre siempre me cuenta que corría riesgo de vida en la cesárea”, comparte Alejandro parte de su pasado.
El presente hoy lo encuentra en otro lugar. Por sobre todas las cosas padre de Alessandro (9) se propuso destinar gran parte de sus energías a ayudar. “En 2015 tuve un infarto y me replanteé la vida. Estoy seguro de que el camino que elegí es el que me va a ser feliz. Que mi hijo me acompañe en la aventura es como tocar el cielo», completa.
Si sos emprendedor, el influencer está en redes como @alejandromonno