La inseguridad en el Conurbano es un problema sin resolución y en esta ocasión un vecino atrapó a un delincuente armado y evitó un robo en Fiorito. El hecho ocurrió hace una semana en una química ubicada en Darwin al 2000. Por la zona se encontraba Carlos, un barrendero, de 30 años, que como todas las mañanas trabajaba en el lugar cuando un joven de unos 24 años, quien tendría antecedentes, intentó asaltar al dueño de la química.
En diálogo con DiarioConurbano.com, Carlos, el vecino que se desempeña como recolector de residuos y que evitó el robo, explicó: “Era cerca de las 8 de la mañana cuando andaba por Darwin y Necol. En ese momento, pasó un chico, y saludó. Era el ladrón. Yo me quedé barriendo por ahí cuando de repente observo que este chico metió a todo el personal de la química para adentro. Al dueño le pegó en la cabeza con el arma y con el hombre de la camioneta forcejeó”.
Luego, describió, como se acercó al comercio y redujo al sujeto. “Me acerqué por atrás. Lo agarré del brazo, cayó el arma, y lo saqué para afuera. Con la fuerza le rompí los brazos, pero no era la intención. La gente estaba muy enojada por lo que había pasado y se acercó queriéndole pegar al ladrón que se quedó sentado, no se podía mover”, relató el vecino, que fue boxeador en el Club Huracán y además tiene conocimientos en defensa personal y Kickboxing.
“La verdad es que nunca necesité defenderme. No es que voy por la calle peleando o pegando a la gente, pero es bueno tener conocimiento. A mis hijos también les enseño para que puedan defenderse si lo necesitan”, agregó.
Mientras esperaba que llegara la Policía, Carlos, le daba consejos al asaltante para convencerlo de que abandone la delincuencia. “Lo primero que le dije fue que no tenía necesidad de robar, que hay muchas maneras de sobrellevar una situación”, afirmó.
El ladrón intentó justificarse diciendo que “era el cumpleaños de su hija y su mujer le pedía plata”. Y Carlos insistió con que no era la forma y le contó que él conoció a mucha gente que no tenía nada y logró progresar.
“Mientras él estaba en el piso, yo lo retaba. Había salido hace dos días de estar preso y volvió a caer. Si me pedía a mí, le hubiera dado mercadería que siempre algo tengo, pero parece que ya está acostumbrado a hacer eso porque algunas personas ya lo conocen”, aseguró.
El vecino que se convirtió en héroe, en Fiorito, mejor que nadie sabe que cuando se quiere salir adelante se puede. Carlos se crió en distintos hogares de Buenos Aires hasta los 18 años.
“No tuve familia y siempre me maté laburando, no hace falta salir a robar”, afirmó y comentó que además es electricista matriculado, cocinero, y estudiante de maestro mayor de obra.
“Tengo un montón de conocimientos y sigo estudiando. Mi deseo es que mis hijos puedan seguir estudiando y que tengan una vida mejor”, cerró.
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