El joven de 19 años detenido por el crimen del diácono Guillermo Luquín, ocurrido el domingo por la madrugada en su casa de Villa Galicia, en Temperley, declaró durante más de dos horas ante el fiscal de Lomas de Zamora, Gerardo Morohaz. En tanto, su pareja, otro joven de 20, también detenido, se negó a declarar.
Fuentes judiciales explicaron que Roberto Javier Céspedes declaró durante más de dos horas, y brindó un relato de los hechos similar al que hizo circular a través de un video que filmó poco antes de entregarse el martes último.
En tanto, su pareja, Leonel Iván Martínez, se negó a declarar. Este joven, por el momento, solo es imputado por Céspedes ya que no se encontraron su huella en el lugar del crimen.
“Hay que esperar los resultados de análisis de sangre, ADN y semen encontrado en la vivienda”, indicaron fuentes judiciales a DiarioConurbano.com. Para los investigadores, serán claves las “pruebas de laboratorio” para sostener la acusación contra Céspedes y Martínez.
El cuerpo de Luquín fue hallado el domingo por la mañana con un corte en el cuello, cortes en otras partes de su cuerpo y fuerte golpe en la cabeza. El cadáver estaba envuelto en una sábana.
Céspedes vivía a pocas cuadras de la víctima y se llegó a él por su huella digital en el lugar de los hechos. Tras un allanamiento, el joven se entregó junto a su pareja, Leonel Martínez.
Céspedes grabó un video con su versión de los hechos que este miércoles repitió ante el fiscal Morohaz. Allí sostuvo que mató al diácono en un forcejeo cuando la víctima lo quiso obligar a mantener relaciones con él.