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Arrancó el juicio por el femicidio de una joven en Burzaco: «él la insultaba y ella se quedaba callada»

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El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora comenzó a juzgar a un ciudadano dominicano acusado por el femicidio de Noelia Luna Quimey Lambert Tamay, una joven de 19 años asesinada de un balazo en septiembre de 2020, en la localidad de Burzaco. La familia de la víctima describió al imputado como una persona “violenta” que discutía mucho con su novia y la “amenazaba”.

Se trata de Maikel Rodrigo Figuereo Pérez (26), quien se hacia llamar «Freddy», que este viernes se sentó en el banquillo de los acusados por el delito de “Homicidio agravado por la relación de pareja, por tratarse de un hombre contra una mujer mediando violencia de género y por ser cometido con arma de fuego”.

El hecho ocurrió el 9 de septiembre de 2020, alrededor de las 23 horas, en una vivienda de la calle Italia al 1600, de la localidad de Burzaco, partido de Almirante Brown.

Un intento de robo, la primera versión del acusado

Los primeros en declarar fueron Carlos y María de los Ángeles, el cuñado y una de las hermanas de la víctima. El matrimonio relató que la noche del 9 de septiembre, ya estaban durmiendo, cuando Figuereo Pérez golpeó el vidrio de la ventana y manifestó que fue a comprar con Quimey y la habían herido durante un intento de robo.

“Ella estaba herida en el asiento del acompañante. Nos asustamos y los acompañamos hacia el hospital”, explicó Carlos. Luego contó que en el camino vieron un patrullero y le hicieron señal de luces para que los ayudara a llegar más rápido hacia el Hospital Lucio Meléndez, de Adrogué, donde la chica falleció tras ser operada.

Los testigos contaron que hasta ese momento la única versión que tenía la familia era la del supuesto robo, pero luego comenzaron a sospechar del acusado, quien los había dejado en el hospital y desapareció.

También recordaron que luego de la muerte de la chica fueron por sus pertenecías personales al departamento que compartía con su pareja en Burzaco y allí hallaron “manchas de sangre”.

“El sommier estaba todo manchado con sangre. Ahí nos dimos cuenta que había pasado algo”, señaló el cuñado de la chica.

Norma Tamay, la madre de la joven, por su parte, declaró que el último mensaje que recibió de parte del novio de su hija, decía: «Estaba jugando con esa mierda y se disparó».

Tras ello, el joven no volvió a comunicarse, por lo que la familia inició su propia investigación y en esa búsqueda descubrieron que se trataba de una persona con “graves” antecedentes penales y con alertas rojas de Interpol por otros homicidios.

El jamás quiso dar su nombre y no quería que le tomaran foto. Lo conocíamos por Freddy, Onil, Rafaga Montana”, recordó la mujer. Y añadió: “Después de lo que pasó con mi hija, una chica publicó en las redes que él había matado a un deportista en su país y a otra persona más en Chile. Ahí empecé a investigar y descubrí que lo estaba buscando Interpol”.

La detención de Figuereo Pérez, fue concretada meses después del femicidio por detectives del Departamento Homicidios de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en una vivienda de la localidad de José C. Paz, en el noroeste del conurbano.

La clave para su detención fue el seguimiento de un giro de dinero, por la suma de 15,000 pesos, que hizo el padre del prófugo y que una mujer que aportó identidad colombiana pasó a retirar por una terminal de la empresa “Western Union” de José C. Paz.

Esa mujer fue seguida por los policías que habían montado una vigilancia encubierta hasta un domicilio de la calle Lacroze, donde observaron en un pasillo la presencia de un hombre de similares características al fugitivo.

Situaciones de violencia de género

Al ser consultada por la fiscal del caso, Verónica Pérez, la familia de Quimey, admitió que la pareja que -hacía un mes y medio se había mudado a la vivienda donde habría ocurrido el hecho- discutía mucho.

“Ellos vivieron un tiempo en mi casa. Ella lo atendía bien pero él era nervioso, le gritaba y la insultaba. Ella se quedaba callada, no sé si le tenía miedo”, indicó María, una de las hermanas.

En tanto, su madre, mencionó que un día estando de visita en la casa de su hija, la ayudó a limpiar y encontró «un arma» en el cajón de un mueble. “La vi golpeada. Ella siempre se pintaba y ya no era la misma”, expresó.

La audiencia continúa el 23 de junio, a las 8.30, con la declaración de más testigos.

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