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8M: reclaman más presencia de mujeres en los cargos de mayor jerarquía de la Justicia

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La jueza María Laura Altamiranda integra el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Lomas de Zamora desde 2009. Actualmente es vicepresidenta segunda de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina (AMJA), una organización que tuvo como principal impulsora a la recordada jueza de la Corte Suprema de la Nación, Carmen Argibay. Con motivo del Día Internacional de la Mujer brindó una entrevista a DiarioConurbano.com y se refirió al rol de la mujer en el Poder Judicial, las barreras que dificultan el acceso a cargos judiciales, los temas pendientes de género en el ámbito de la Justicia y su trabajo frente a los casos más duros de violencia de género.

¿Cómo ve hoy el rol de la mujer en el Poder Judicial?

-En el ejercicio de la magistratura, decidir conflictos de derechos es una tarea común tanto para mujeres como para varones, teniendo ambos el mismo objetivo: el apego a la Constitución y al bloque normativo vigente. No obstante, la participación de las mujeres en este rol adquiere una significancia particular, considerando su capacidad de aportar perspectivas diversas y enriquecer el proceso de toma de decisiones.

A pesar del gran porcentaje de mujeres en el sistema judicial, ¿por qué se estanca el acceso a los cargos?

-Las mujeres hemos sabido integrarnos en espacios de trabajo que anteriormente eran impensados. Sin embargo, el tradicional apego a las responsabilidades de cuidado que culturalmente se atribuyen a las mujeres, es un factor clave a considerar cuando de acceso a cargos por concurso se trata. Lograr antecedentes académicos suficientes puede resultar difícil para las mujeres si no logramos equilibrar y compartir las responsabilidades familiares.

Desde la AMJA, ¿cuáles son las dificultades que se advierten respecto a la mujer que quiere acceder a un cargo judicial?

-De la mano de lo anterior, persiste un marco cultural que asigna a las mujeres –solo por serlo-, el rol principal de la crianza de los hijos y de las tareas domésticas. Tareas de cuidado y asistencia a niños, a adultos y a adultos mayores. En ese aspecto y sin desconocer ciertos avances, todavía falta que los varones asuman sin prejuicios de masculinidad una mayor participación en estas áreas. Esta desigualdad se refleja en el ámbito laboral, donde las mujeres avanzamos mientras los varones no aumentan su presencia en el ámbito doméstico en la misma medida. Para superar estas barreras, es crucial deconstruir los roles de género tradicionales.

¿Cuáles son los temas pendientes en el ámbito de la Justicia?

-Son variados. Por un lado, lograr la paridad de géneros, sobre todo en espacios de superiores tribunales donde allí la representación de las mujeres suelen ser menor, o por caso, la Corte Suprema de Justicia de la Nación que actualmente no tiene Ministra mujer desde el retiro judicial de la Dra. Elena Highton.

Resulta por ello muy necesario continuar trabajando para promover la concienciación colectiva sobre la importancia de la representación femenina en posiciones de decisión. Adicionalmente, juzgar con perspectiva de género es un tema crítico y pendiente en todos los fueros, requerido para tomar decisiones equilibradas e informadas en casos relacionados con la igualdad de género

En el portal de la Oficina de la Mujer de  la Corte Suprema se ve claramente. Hay una pirámide clave en la que se puede ver que en los cargos más rasos está lleno de mujeres, en donde trabajan las empleadas administrativas o las secretarias y en los cargos más altos hay menos mujeres y más hombres.

¿Cuáles son los reclamos que hace la Asociación?

Afianzar la transparencia en los procedimientos de concursos, con información pública accesible y la formación constante sobre derechos humanos, igualdad de género para la concientización de que los prejuicios y los estereotipos basados en el género son la causa de las desigualdades y de la violencia contra las mujeres.

La paridad en todos los espacios pero más que nada en los espacios de alta jerarquía y decisión y juzgar con perspectiva de género y enfoque de derechos humanos. 

Violencia de género: Cuando los casos llegan a Tribunales

Como jueza del Tribunal Oral Criminal Número 6 del Departamento Judicial Lomas de Zamora, ¿cuál es la realidad con la que se encuentra cuando tiene que dar respuesta a cada caso?

-Últimamente llegan al Tribunal causas muy complejas desde el punto de vista que se trata de denuncias de violencias intrafamiliares, abuso sexuales con y sin acceso carnal. Es el tipo de casos que se radican mayoritariamente en relación a otros tipos de delitos. En muchos de ellos, las víctimas son niñas, niños o adolescentes.

Juicio oral y pronunciamiento de la sentencia

-En el juicio oral se producen las pruebas reunidas en la etapa de investigación, las partes controlan las pruebas, debaten y alegan. En la deliberación de los integrantes del Tribunal analizamos esas pruebas de manera integral, no fragmentada, valorando indicios, pruebas directas, indirectas y así se arriba a un veredicto. Si es condenatorio, pasamos al pronunciamiento de la sentencia e imposición de la pena que corresponda. Se analizan en detalle los testimonios, su coherencia interna, su persistencia en el tiempo, su corroboración con otros elementos de prueba para la verosimilitud del mismo. Se confronta la prueba con los dichos del imputado cuando declara.

Por eso, la credibilidad del testimonio no es discrecional, y no es fruto del arte de la magia. Hay una valoración de todas y cada una de las pruebas. Si hay prueba suficiente y analizada de este modo, no hay arbitrariedad en la ponderación de la prueba. En la sentencia está el desarrollo escrito y razonado del análisis. Y es ese desarrollo, esos fundamentos que motivan la sentencia, lo que permite luego el control por parte de los órganos revisores (Tribunal de Casación Penal Provincial, Suprema Corte de Justicia Provincial, CSJN).

El juzgar con perspectiva de género no se agota con la imposición de una pena. Tratados Internacionales con jerarquía constitucional, leyes nacionales y provinciales establecen la  reinserción social del condenado. Por eso, se incluye a la pena impuesta que en la órbita del Servicio Penitenciario acceda a cursos de derechos humanos, de respeto a los derechos de la mujer, derechos del niño, niña y adolescente.

¿Cuál es el camino para terminar con la violencia?, ¿alcanza con las acciones desplegadas durante los últimos años?

-Para terminar con la violencia la clave es la educación. Carmen Argibay decía siempre que la violencia se aprende y la no violencia también se aprende. La violencia la sufrieron de niños, tal vez en la casa, en el colegio. Por eso, cuando yo los condeno a estos varones agresivos, les pongo como una de las obligaciones la de hacer un curso de derechos humanos específicamente sobre abuso sexual o sobre derechos de las mujeres. Porque muchas veces estos hombres (los agresores) no entienden la dimensión de lo que han hecho por espirales de violencia en los que han vivido.

También es necesario fortalecer a las víctimas, que tengan atención psicológica y verse fortalecidas para no caer nuevamente en una situación de violencia.

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