El capitán de Temperley Gastón Aguirre demostró su euforia por el ascenso a Primera División logrado con el equipo de sus amores, aseguró que “un regalo de Dios” que reconoció “el esfuerzo y la perseverancia” que tuvo el defensor para reponerse de una larga inactividad y afirmó que “el barrio está de fiesta y hay que celebrarlo”.
“Este ascenso es un regalo. Dios gratificó el esfuerzo, la perseverancia, que nunca bajé los brazos porque tengo una familia de fierro, y hoy estoy feliz. Hubiese cambiado toda mi carrera por este presente”, sostuvo el emblema del Temperley ascendido a la máxima categoría del fútbol argentino.
Y remarcó la importancia de sus hijos como motor para sobreponerse a más de dos años sin pisar el césped a causa de distintas lesiones complejas en su pierna derecha. “León hace un mes me dijo que quería jugar en la cancha de Boca y lo que me piden él y Lola lo tienen. El barrio está de fiesta y hay que disfrutarlo”.
Tras una larga recuperación el zaguero decidió regresar al club que lo vio nacer y del cual es hincha para volver a las canchas. A partir de allí las historias de Temperley y el ‘Tonga’ parecieron unirse para retornar a la senda positiva que tantos años le fue negada.
Primero fue la tranquilidad de evitar el descenso, luego el arribo a la Primera B Nacional luego de vencer a Platense en la final del Reducido menos de seis meses atrás y finalmente la promoción a Primera A, una situación que no estaba ni siquiera en los sueños del líder del plantel.
“Como todos, nunca pensé que íbamos a llevar a Temperley a Primera. Vine para cumplir mi sueño de subir al Nacional B y nos tocó esta oportunidad del torneo de 30 equipos y nos benefició”, afirmó.
Y añadió: “Hoy Temperley está en lo más alto y el país habla de nosotros. Hay que felicitar a los dirigentes que nos dan todos los gustos y nos brindan la tranquilidad para dejar todo en la cancha. Hoy Temperley es un club modelo y estamos felices de pertenecer a esta familia”
En los minutos finales del duelo ante All Boys, Aguirre mostró su emoción ante su gente y no logró contener el llanto ante un estadio colmado que lo vivaba.
“Me emocioné porque llevaba a mi barrio a Primera División. Sufrimos mucho, con un plantel humilde en el que nadie confiaba, y en silencio fuimos logrando cosas importantes y pudimos lograr este ascenso. A veces no hace falta la plata para lograr objetivos, hace falta las ganas para conseguirlos”, consideró.
Desde el 2015, el Gasolero tendrá la oportunidad de visitar los estadios más importantes del país, lugares que el capitán pisó durante muchos años y que debió dejar forzadamente.
“Me fui de Primera porque opté irme al no poder ganarle a mi lesión. Hoy la vida me permite volver a jugar con mi Club. Es algo que no soñé, Dios me está dando demasiado, pero disfruto de que mi barrio juegue en la máxima categoría”, explicó.
Y en la misma línea sostuvo: “Ya me olvidé de jugar en Primera. Voy a tener que entrenar un poco más, porque ya estoy grande, pero es una excursión en la que vamos a soñar con quedarnos”.
El nombre de Gastón Aguirre quedará inscripto en la página más importante de la institución al lado de Alejo Escos, Mariano Biondi y más. No obstante, el defensor no le quita mérito a sus compañeros.
“Obviamente que soy el jugador más representativo, pero esto no es mérito de Gastón Aguirre sólo, sino de todo el grupo de jugadores que va a quedar en la historia. Sin ellos no hubiéramos logrado nada”, apuntó.