Los Bomberos Voluntarios de Lomas de Zamora le salvaron la vida a un bebé de un año y medio que no podía respirar. Le practicaron la maniobra de Heimlich y lograron estabilizarlo.
El dramático episodio ocurrió en la noche del lunes en el Destacamento Nº2 San José, ubicado en avenida Eva Perón 3165, en Temperley. Eran las 20:40 cuando se presentó una mujer desesperada con su bebé en brazos.
El chiquito estaba inconsciente y no respiraba. Inmediatamente, entraron en acción el Sargento Hernán De Grazia, el Cabo 1º Matías Galota, el Cabo Mauro Nardoni, el bombero Nicolás Subiria Serafini y la bombera Luciana Flores, quienes activaron el sistema de emergencias.
Mientras esperaban a la ambulancia, el personal realizó enseguida la maniobra de Heimlich en lactantes. Se trata de una serie de compresiones abdominales bajo el diafragma y se utiliza cuando una persona se está atragantando por un bloqueo de las vías respiratorias.
De esa manera, lograron que el bebé recuperara el conocimiento. Acto seguido, verificaron la entrada de aire en ambos pulmones y la frecuencia cardíaca del niño. Cuando llegó la ambulancia, la madre y el bebé fueron trasladados hacia el Hospital Gandulfo para continuar el chequeo del chiquito, que salvó su vida gracias a la rápida intervención y el conocimiento de los bomberos.
Desde la Asociación de Bomberos Voluntarios de Lomas felicitaron al personal «por su profesionalismo y eficaz accionar». Y nuevamente, remarcaron que es fundamental aprender este tipo de maniobras para actuar en situaciones de emergencia: «Reiteramos la importancia del conocimiento de las maniobras de Primeros Auxilios. La técnica adecuada en el momento indicado puede salvar una vida».
Los Bomberos de Lomas volvieron a vestirse de héroes, como tantas otras veces. A fines de octubre, el oficial Alejandro Klimiuk salvó en el Cuartel Central a un bebé recién nacido que estaba pasando por una situación muy similar a la de anoche. Y el año pasado, el bombero Juan Cruz Scarpitto hizo lo propio en San José con una bebé que tenía 6 días de vida.
Fuente: La Unión