Un grupo de quince obispos de la provincia de Buenos Aires se reunieron con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, ante quien reiteraron su preocupación por la «crisis económica con impacto social y laboral que afecta a los más pobres», como así también sobre la muerte de cuatro jóvenes tras una persecución policial a los tiros en la localidad de San Miguel del Monte. Entre ellos estuvieron presentes el Obispo de la diócesis de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia y el auxiliar de Lomas de Zamora, Jorge Torres Carbonell.
Según informó la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), del encuentro a «agenda abierta» -que se desarrolló durante la tarde de ayer- también participó la ministra de Salud y Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley; su par de la provincia, Santiago López Medrano; y el presidente del Instituto Provincial de Lotería y Casinos de Buenos Aires, Matías Lanusse.
En el encuentro, Vidal y Stanley expresaron ante los obispos «su decisión de extremar todos los recursos para la asistencia alimentaria, en particular en las zonas más carenciadas de la provincia; de igual modo, el abordaje de la problemática de las adicciones», según informó un comunicado de prensa de la CEA.
«La gobernadora Vidal compartió a los obispos un detallado informe sobre la actual situación de la provincia, expresando la necesidad de fortalecer el diálogo y mecanismos de articulación en la tarea social», agregó.
Por su parte, los prelados bonaerenses agradecieron la invitación al encuentro, que se «enmarca en un diálogo habitual que respeta, tanto la autonomía de la Iglesia como la del Estado en sus niveles».
«De la misma manera, favorece la cooperación para poder estar cerca de quienes más sufren las consecuencias de la crisis económica con impacto social y laboral que afecta en especial a los más pobres y vulnerables», añadieron.
En la conversación también estuvo presente el asunto de la persecución policial ocurrida en San Miguel del Monte, que terminó con la muerte de cuatro chicos y, en ese marco, se charló sobre la formación de las fuerzas de seguridad y la problemática de la violencia.
«Los obispos manifestaron que no puede ocurrir que aquellos que deben cuidar a la gente sean los mismos que los agreden, a veces con mucha violencia, como en este dramático suceso», advirtieron.
Por último, se conversó con Vidal «el valor de la dignidad de toda vida humana, resaltando las condiciones y actitudes que siempre se requieren para un diálogo fructífero y auténtico que represente una mejora en la calidad de vida de la población».
Entre los participantes a la reunión estuvieron el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Azpiroz Costa; los obispos de Chascomús, Carlos Malfa; de San Justo, Eduardo García; de Nueve de Julio, Ariel Torrado Mosconi; de San Martín, Miguel Ángel D´Annibale; y de Mar del Plata, Gabriel Mestre.
También asistieron los obispos de San Miguel, monseñor Damián Nannini; de Mercedes-Luján, Jorge Scheing; de Avellaneda-Lanus, Rubén Frassia; de Azul, Hugo Salaberry; y de Merlo-Moreno, Fernando MalettI, y los auxiliares de San Martín, Han Lim Moon; de La Plata, Nicolás Baisi: de San Isidro, Guillermo Caride; y el auxiliar de Lomas, Jorge Torres Carbonell.
