Desde su estatuto, la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) describe que una de sus misiones es contribuir a la resolución de los problemas regionales y nacionales. Esa letra cobra sentido todos los días con acciones concretas. Una de los más recientes tiene que ver con el trabajo final integrador del estudiante de Diseño Industrial Federico Enríquez, quien diseñó y fabricó una handbike, una bicicleta adaptada destinada a personas con discapacidad motriz.
La iniciativa tuvo al docente Pablo López como tutor y surgió en respuesta al requerimiento del joven deportista de alto rendimiento Matías D’Agosto, integrante de la Selección Argentina de tenis adaptado. El desarrollo se dio a partir de la articulación entre la Comisión Asesora de Discapacidad y la Licenciatura de Diseño Industrial de la UNLa con la ONG «Grupo Artículo 24» de Educación inclusiva.
“La ONG le solicitó a la UNLa el diseño y producción de una handbike para Matías. Justo en ese momento yo me encontraba recién arrancando a investigar para mi trabajo integrador final, en el cual originalmente iba a armar un prototipo de una silla de ruedas de atletismo. Pero Pablo López, que además de ser mi tutor y docente, es amigo, junto con Guillermo Andrade (director de la carrera), me propusieron cambiar el proyecto y acepté. El objetivo principal, más allá de ser para Matías, era que la puedan usar otras personas con discapacidad y con ello generar la participación en actividades recreativas, deportivas, de esparcimiento, siempre dentro de lo que es ciclismo adaptado o para-ciclismo”, relató Federico.
Todo el camino que terminó en el prototipo del ahora egresado en Diseño Industrial implicó un trabajo de investigación y desarrollo que llevó adelante durante seis años, en un contexto donde tuvo otras ocupaciones que requieren tiempo: su trabajo y responsabilidades familiares, entre otras.
En cuanto a sus materiales, la handbike finalizada cuenta con un cuadro conformado por tubos de acero soldados al cual se suman muchas de las piezas de vinculación hechas de aluminio, todas diseñadas y fabricadas por el propio Federico.
Y en cuanto a sus características específicas, se utilizó el reglamento de la Unión de Ciclista Internacional (UCI) para lo que es ciclismo adaptado, donde se establecen anchos máximos, largos máximos y demás especificaciones para handbikes.
Una historia de lucha y superación
Matías tiene 20 años y es oriundo de Chivilcoy. De chico empezó con una reguera y tras un diagnóstico fallido empezó un tratamiento en esa ciudad bonaerense. Al no dar resultado, viajó a Capital Federal, donde le diagnosticaron un tumor intramedular. Tras eso, se sometió a una la operación -que era muy riesgosa- que afortunadamente fue exitosa, pero quedó con secuelas en las piernas.
Al tiempo empezó a practicar tenis adaptado y hace siete años fue convocado por Asociación Argentina de Tenis Adaptado para integrar la Selección Argentina en esa disciplina.
Desde entonces, ganó numerosos torneos y este año participó del Mundial de Tenis Adaptado que se desarrolló en mayo del año pasado en Portugal.
Por último, Federico describió la enorme satisfacción que le produjo al ver a Matías sentado por primera vez en la handbike. “La cara de felicidad que tenía cuando la probó era increíble y todos los que estábamos presentes en esa primera prueba estábamos tan felices como él”, concluyó.
Por su parte, Matías comentó que “por ahora” no tiene “la idea” de utilizar la handbike para competir, pero “no lo descarto”. A su vez, contento con el resultado, indicó que “fue todo un éxito y un gran proyecto de Fede” y que está “muy agradecido”, concluyó.