En la Plaza Grigera, frente a la catedral Nuestra Señora de la Paz, el obispo de la diócesis de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió este domingo por la noche la solemne misa de Pascua de Resurrección.
Organizada por la iglesia catedral, por primera vez, la fiesta más importante del año de la fe cristiana fue celebrada en un espacio abierto como la plaza céntrica. Y fue el cierre de “Pascuas en comunidad”, una propuesta del Municipio de Lomas de Zamora que tuvo baile popular y música folklórica.
El Intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermin; la ministra de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, Daniela Vilar; la Secretaria de Relaciones con la comunidad, Marina Lesci; y la directora de Culto, Sandra Bartalini, participaron de la misa, entre otros funcionarios locales.
En su homilía, el obispo aseguró que “Jesús, el que ha muerto, padecido, el que hemos acompañado en la pasión y muerte, ahora ha resucitado y vive; y tiene que vivir en los corazones de los cristianos, y tiene que vivir en medio de la pasión de los hombres, del sufrimiento humano, del dolor humano, del amor humano, y de la celebración de la persona y la familia”.
“No podrá haber resurrección para un cristiano sino se hace cargo del que sufre o es más débil”, sostuvo en la misa concelebrada por el párroco de la catedral, presbítero Hugo Barrios, “no podrá haber resurrección si toda persona que sufre injustica o indignidad, no es socorrido”.
En su saludo a la Iglesia diocesana con motivo de la Pascua, monseñor Lugones había deseado “que estas fiestas de Pascua sean para ustedes, realmente, un gozo y una alegría para compartir con toda la comunidad”.