El radicalismo presentará un pedido de informe sobre las condiciones de funcionamiento del hotel que funcionaba en la esquina de Meeks y Liniers. Las tareas de demolición comenzaron días después del siniestro.
El hotel familiar que funcionaba en el primer piso del edificio que se encontraba en la intersección de la avenida Meeks y la calle Liniers, en pleno centro de Temperley, comenzó a ser demolido a través de una obra particular. El peligro de derrumbe de sus paredes y las condiciones irregulares de la explotación comercial del lugar fueron las razones.
El incendio que se generó en la madrugada del miércoles 7 de enero pasado generó pánico en los habitantes, alarmó a los vecinos por la peligrosidad del lugar y alertó a las autoridades ante las condiciones de uso del lugar. Según surgió de las informaciones oficiales, el lugar no contaba con habilitación comercial ni visado de Bombero Voluntarios.
Fuentes consultadas por DiarioConurbano.com señalaron que “la razón de falta de inspección en el lugar fue porque se trataba de un edificio tomado y a esas zonas no hay acceso municipal sino judicial”. “Jamás daría el visto bueno para que funcione esto”, fue lo que dijo un jefe bombero a uno de los vecinos que se acercó al lugar para conocer el estado de situación en esa mañana.
Sin embargo, vecinos del lugar aseguraron que la explotación comercial del lugar estaba en manos de un empresario de la zona, que tiene un hotel alojamiento en Temperley.
El radicalismo presentará un pedido de informe en el Concejo Deliberante local para que el Ejecutivo informe sobre su conocimiento del funcionamiento del lugar. “Queremos saber la voz oficial aunque el Concejo no se abre si no hay orden de (Martín) Insaurralde para que funcione. Y esto es verdaderamente grave porque pudo haber sido un Cromañón local aunque de menor cantidad de personas”, afirmó el concejal radical del Frente Amplio Unen, Marcelo Pellegrini.
Las obras de desmantelamiento del edificio quemado se pusieron en marcha a los pocos días de ocurrido el siniestro y aún continúan. “Es lógico que se tire abajo porque ahí ya no había forma de que volviera a funcionar nada”, dijo Ernesto, vecino del lugar, en diálogo con este medio.
