Jóvenes y adolescentes en conflicto con la ley penal podrán recibir acompañamiento de vecinos mediante un novedoso programa de Justicia Restaurativa denominado “Involucrados”, impulsado por el Municipio de Almirante Brown, la UnAB y el Departamento Judicial de Lomas de Zamora.
La iniciativa fue presentada oficialmente en la Universidad de Almirante Brown (UnAB) con la presidencia del intendente Mariano Cascallares; la secretaria de Seguridad Paula Eichel y la jueza de Responsabilidad Penal Juvenil de Lomas de Zamora, Marta Pascual.
“Involucrados” es un proyecto, único en la provincia y con varios municipios interesados en replicarlo, mediante el cual los jóvenes que están atravesando un proceso judicial por haber cometido un delito, pueden contar con un tutor o acompañante que lo asista en el desarrollo del proceso y en las cuestiones que hacen a la vida personal del mismo.
Además, en la trayectoria forman grupos terapéuticos, de diálogo y debate para reflexionar sobre sobre las conductas y vivencias que lo llevaron a infringir la ley y también revisar el daño ocasionado al otro.
“Involucrados” es, en lo que refiere al acompañamiento, un programa donde los miembros de la sociedad civil se incorporan para formarse en cuanto a la temática de la penalidad juvenil y la sostenibilidad de las personas. Reciben capacitación en leyes, el abordaje social y se preparan para acompañar al joven judicializado.
“Es una búsqueda de respuesta revolucionaria al conflicto penal donde los jóvenes son los protagonistas, la comunidad se involucra y donde se genera un espacio de encuentro con las víctimas a fin de lograr la responsabilización del daño causado”, explicó Pascual.
La UnAB es la sede de la capacitación para las tutorías y una vez cumplido el plazo de formación comienzan la etapa de acompañamiento que tiene una duración de un año y donde los jóvenes tramitan nuevos modos de vida.
El objetivo de esta iniciativa que pone foco en los jóvenes en conflicto con la ley, es precisamente brindarles un espacio de contención y acompañamiento, promoviendo la posibilidad de reflexionar sobre los comportamientos erróneos e intentado reparar el daño.
Esta “prueba piloto” promueve la justicia restaurativa donde lo que se busca no es que la persona reconozca el delito, sino el daño provocado en la víctima y la conducta antijurídica de los hechos.
Por Mónica Galván