Un sector de la UCR espera que la Convención Nacional amplíe la política de alianzas para poder participar de una interna con el macrismo y así acrecentar posibilidades de sumar bancas a los bloques de concejales e incluso ganar Intendencias. Estiman que el avance del PRO en las encuestas bonaerenses necesitará un socio de peso y con presencia territorial. Consideran que el frente Unen está herido de muerte por sus internas.
PANORAMA// Por Ariel Maciel
Si bien la campaña política para las elecciones primarias fue prematura y se debate desde el año pasado, muchos espacios políticos decidieron estirar definiciones formales hasta marzo. El escenario bonaerense dependerá en gran medida de las definiciones nacionales de los partidos. No es posible conformar un microclima como sucederá en otras provincias, en donde las elecciones fueron desdobladas. Pero tendrá la posibilidad de invertir la perspectiva: las definiciones en el territorio electoral más importante podría definir la suerte de algunos espacios nacionales.
El Frente Amplio Unen vive sus peores horas desde su nacimiento. Las rupturas internas y las desconfianzas corrientes mostradas a la luz del día tensaron el clima a más no poder y la disolución o su fortalecimiento final es “cuestión de horas”. El instinto de supervivencia podría delinear nuevas salidas del armado panradical.
El desafío de la Unión Cívica Radical es contener el poder que tiene a nivel nacional, en donde se mantiene como la primera fuerza opositora. Y en los municipios del Conurbano, avanzar con la incipiente representatividad en los Concejos Deliberantes. La primera respuesta de un sector del partido centenario es contundente: “Nunca lo lograremos con Unen”.
La definición estará el 14 de marzo, cuando la Convención de la UCR defina el panorama de alianzas. Allí, Ernesto Sanz y Gerardo Morales buscarán mostrar una vez más sus capacidades para “manejar” el ámbito superior de las decisiones radicales. Contarán con la resistencia del bonaerense Ricardo Alfonsín, que sueña con llegar a agosto con Unen.
Buenos Aires es clave para la determinación final y allí Alfonsín tiene fuerte peso en los congresales pero fuentes bonaerenses le confesaron a DiarioConurbano.com que la necesidad por “pelear en serio el poder en los municipios plantea una salida de Unen para hacer alianzas más amplias”. Esa podría ser la “salida por arriba” para abrir nuevos acuerdos que, sin decirlo, disuelvan la sociedad en el frente progresista.
El socio ideal -según ese análisis- para pelear por nuevas bancas de concejales, Intendencias e inclusive con la Gobernación es Mauricio Macri. Con un crecimiento sostenido en las encuestas, el jefe de Gobierno porteño se erigió como la pata necesaria para sustentar un polo opositor que destrabe la pelea entre dos peronismo.
Macri le cerró las puertas del PRO a viejos kirchneristas. Una fuente de su entorno consultada por este diario descartó la posibilidad de un entendimiento con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. “Es absolutamente falso. Nunca lo llamó ni lo piensa hacer”, afirmó, categórico, un asesor macrista. Así, contradijo a un dirigente ligado a MI, que sostuvo a DiarioConurbano.com que a Insaurralde “lo sondearon operadores del PRO”.
El avance en las encuestas bonaerenses de la imagen y de la gestión del jefe de Gobierno en la Ciudad “debe tener patas sólidas y el radicalismo tiene la estructura necesaria para pelear el poder real”. Aún no piensan en fórmulas y, de hecho, “lo más probable es que haya internas en todos los distritos”.
En Esteban Echeverría, lugar que Macri eligió para desembarcar a fin de la semana pasada, el candidato local del PRO es Evert Van Tooren. De poco conocimiento en el distrito, un acuerdo con la UCR potenciaría las posibilidades por competir con el intendente Fernando Gray (que irá por su reelección) y con el massismo.
En Lomas de Zamora, las alternativas son dispares. Mientas el radicalismo tiene referentes de peso histórico y de debate ideológico, como el concejal Marcelo Pellegrini, y los dirigentes Jorge Arrupe o Cristian Pelly; el PRO tendrá al ex futbolista Julio “el jardinero” Cruz como cabeza de lista.
En Lanús, el escenario es más claro. Allí, la figura del ministro de Economía porteño, Néstor Grindetti, se acrecienta cada día más en el retrovisor del oficialismo y del massismo. Ambos espacios peronistas tienen por delante una dura interna mientras que el macrismo camina sin escollos hacia las PASO. “Los radicales hacen cola para verlo a Grindetti”, confesó una fuente de la UCR consultada por este medio.
En tanto, el escenario en Almirante Brown es más difuso debido a la fuerte resistencia local de unirse al PRO de parte de la conducción local. “El Partido decidirá la política de alianzas, el que no la quiera aceptar, deberá jugar por afuera”, fue la amenaza del espacio que lidera Ernesto Sanz ante posibles rechazos.
El gran temor de los radicales de la Región es que el paso de una elección presidencial los deje con las manos vacías de poder, sin conquistar una Intendencia o al menos sumar un “gran bloque opositor que mueva el amperímetro” en los concentrados Concejos Deliberantes comandados a gusto por el peronismo.
Por lo pronto, rezan por la partida de Martín Insaurralde y de Darío Giustozzi de cada uno de sus distritos, para poder colar su propuesta opositora en un río revuelto de oficialismos con candidatos “más débiles que ellos dos”.
“Si no aprovechamos esta oportunidad en una alianza con el PRO y vamos con Unen, seguro veremos pasar los últimos dos años de una gestión para quedarnos nuevamente sin representación en los HCD. Eso sería quedarse sin vocación de poder, casi una sentencia a la no representación de nuestras banderas en los lugares de decisión”, fue la definición tajante de un dirigente radical.
Lo cierto es que la UCR ya no es la misma. A poco menos de dos meses de la Convención Nacional, ya dirime su futuro entre Unen y un frente con el PRO y la Coalición Cívica para saber si peleará en octubre por su supervivencia o por su reflorecimiento definitivo.