Por Laura Berardo (*)
A 40 años de la vuelta de la democracia en la Argentina, las elecciones presidenciales 2023 son históricas. Este domingo, Unión por la Patria logró dar vuelta las PASO, creció en porcentajes de votos, recuperó 8 provincias y 14 distritos bonaerenses gobernados por la derecha que quería -sin éxito- terminar con el peronismo y el kirchnerismo, a costa de operaciones políticas, mediáticas y económicas.
Con el 36,68 % de los sufragios, nuestro candidato a presidente, Sergio Massa, fue el más votado y entró al balotaje del 19 de noviembre próximo, cuando enfrentará al libertario Javier Milei, ese personaje de las propuestas ultraneoliberales que remontarían a la Argentina a las peores décadas de su historia: a los 70 con el terrorismo de estado y a los 90 con la gestión privatizadora de Carlos Menem. También, al período 2015-2019, con los 45 mil millones de dólares de deuda externa tomada por Mauricio Macri. Y por supuesto, a aquel 1 de septiembre de 2022, cuando intentaron asesinar a la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por otra parte, hay que contemplar el respaldo imprescindible que le dio la Provincia de Buenos Aires a estos resultados. El gobernador Axel Kicillof anotó casi 20 puntos más que en las primarias y fue reelecto. En este territorio podemos ver materializada la presencia del Estado y el acceso a derechos que reconquistamos con Néstor y Cristina, desde una concepción pública, gratuita y de calidad: por ejemplo, en menos de cuatro años, la gestión provincial construyó más de 200 edificios escolares (otras 150 están en obra), entregó 150.000 netbooks del Plan Conectar Igualdad Bonaerense. En materia de salud, inauguró hospitales y construyó 150 centros de atención primaria, entregó equipamiento y ambulancias. Axel obtuvo casi el 45 por ciento de los votos y es considerado el mejor gobernador bonaerense de la historia.
Y en mi querido Lomas de Zamora, municipio donde vivo junto a mi familia, quienes creemos que el futuro político sigue siendo peronista, militamos de sol a sol a Federico Otermín, que sacó el 49,82 % de los sufragios. En las urnas, los vecinos y vecinas depositaron las obras de urbanización, la construcción de hospitales, escuelas y espacios deportivos para los pibes y pibas. En Lomas somos la mitad más uno.
Por lo pronto, en las tres semanas que restan de campaña hacia el balotaje, quienes trabajamos y militamos en pos del fortalecimiento de los derechos de los sectores populares redoblaremos esfuerzos para que Massa sea el próximo Presidente de la Nación. Ya vimos en las últimas medidas económicas tomadas por él como ministro de Economía lo que un posible gobierno de unidad podría hacer, inversamente proporcional a los discursos de Milei, nefastos, delirantes, racistas, patriarcales, individualistas, cargados de odio.
El Pueblo sabe, tiene comprensión de texto, como dijo Cristina una vez. Votó democracia por sobre fragmentación social. El voto bronca que hubo en las PASO se transformó en la posibilidad de un gobierno que construye desde la inclusión social. Como militantes, como referentes sociales, como funcionarios y funcionarias, no podemos desaprovechar esta oportunidad. Debemos seguir escuchando a los ciudadanos y ciudadanas de la clase trabajadora que aún no nos dan su apoyo.
Es un escenario con grandes desafíos, donde la capacidad transformadora del campo nacional y popular y la memoria de los argentinos y las argentinas nos permiten transitarlos con una mirada sumamente esperanzadora para poder dar continuidad y mejorar el gobierno a partir del 10 de diciembre.
* Subsecretaria de Desarrollo Humano del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación