Son momentos de definiciones para el diputado nacional del Frente para la Victoria Martín Insaurralde. Mientras prepara su casamiento con la modelo Jésica Cirio, el dirigente sigue fortaleciendo su armado en territorio bonaerense. Si bien en su entorno se muestran esquivos y hasta niegan esta hipótesis, lo cierto es que las acciones acrecientan las posibilidades de que el lomense presente su propio partido a nivel provincial a fines del mes próximo, luego de su mediática boda.
Por Alejandro Córdoba
La estrategia del intendente de Lomas en uso de licencia tiene aún un punto de indefinición: aún no está claro si pondrá en marcha el partido Mi Provincia o si “levantará” alguno de los tantos partidos políticos bonaerenses que han tenido una corta vida y que no tienen estructura.
¿Por qué apuesta Insaurralde a tener un partido propio?. “La idea de Martín es tener formalizada una estructura propia que no lo condicione. Y a partir de ahí, definirá, como anticipó, si juega dentro del Frente para la Victoria o en el Frente Renovador”, explicó una de las fuentes consultadas.
Existen varios datos que apuntan en este sentido. Por un lado, desde hace un par de meses, ex concejales lomenses del Frente para la Victoria y funcionarios de segunda línea del Municipio de Lomas han salido a recorrer distintas ciudades del interior bonaerenses. Allí se reúnen con referentes del peronismo local, entregan volantes de Mi Provincia y difunden la imagen y algunas propuestas de Insaurralde.
Paralelamente, todas las semanas el diputado nacional mantiene entre dos y tres reuniones con diputados e intendentes bonaerenses. En el que caso de que sean del Frente para la Victoria, lo hace abiertamente y cuando se trata de vecinalistas o de dirigentes del massismo – estas fueron unas pocas ocasiones – los encuentros son a puertas cerradas.
“Martín es peronista y quiere a todos adentro, con su conducción. Con armado propio, después se sienta a hablar más arriba”, deslizó otra fuente consultada.
Si bien la demora en su decisión ha generado fuertes resistencias en el Frente Renovador y bajó el nivel de cuestionamientos en el Frente para la Victoria, Insaurralde cuida de mostrarse en actos políticos. Como presidente del PJ de Lomas estuvo ausente en el acto por el Día de la Lealtad en distrito que conduce. Un dato que la euforia del momento hizo pasar por alto a los dirigentes presentes, que representaban a todas las agrupaciones del kirchnerismo inclusive, para sorpresa de algunos, al sciolismo.
Así como a la oposición le cuesta encontrar un candidato con fuerte representación en todas las provincias para ser presidente, el Frente para la Victoria no logra instalar a un candidato con peso en la provincia de Buenos Aires. Desde hace un par de meses, cuando se distanció de Insaurralde, para Daniel Scioli es una obsesión encontrar a un dirigente que lo acompañe, en territorio bonaerense, en sus ambiciones presidenciales.
Insaurralde sabe de ese “bache electoral” y está confiado que el tiempo jugará a su favor. Ahí radica otro de los argumentos para tener un armado propio, sólido, más allá del complicado conurbano bonaerense.
Sin bajarle el perfil a su predilecto – el verborrágico titular del Grupo Provincia, Alejandro Montoya – el gobernador Daniel Scioli empieza a resignarse a aceptar otros candidatos a sucederlo. Uno de los que aparecen con más chances – por experiencia en gestión, estructura y consenso dentro del peronismo – es el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
El matancero, conocedor que en el FPV a una alta exposición le suele seguir un pulgar para abajo, reconoce sus intenciones pero evita los actos que lo tengan cómo centro. Espinoza parece concentrado, por ahora, en hilvanar alianzas con distintos sectores del peronismo y organizar actos del PJ provincial donde intenta que estén los principales referentes del kircherismo.
Resistido en un principio por Daniel Scioli, con quien mantuvo diferencias públicas en algunos temas, Espinoza empieza a ser aceptado por el gobernador. Prágmatico, ex motonauta sabe que los tiempos empiezan a acelerarse y eso le jugará en contra al momento de elegir sucesor.
Mientras se define su rival dentro del kirchnerismo, Insaurralde no deja de mirar a su pago chico. Está atento para que las internas no erosionen demasiado la gestión que él supo encabezar. De paso, avisa que, de no haber, un candidato que logre el consenso y que esté alineado a él, no escatimará esfuerzos en impulsar la candidatura de su hermana Alejandra, actual subsecretaria de Modernización del Municipio de Lomas.
El diputado nacional, además, empieza a convencerse que será muy difícil pelear dentro del massismo, casi más que en el FPV. En un principio seducidos por la idea del pase de Insaurralde en un comienzo, varios dirigentes provinciales del Frente Renovador han salido a cuestionar la falta de definición del lomense y a anticipar que le presentarán dura batalla.
Este una parte importante del mapa electoral bonaerense. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez y el vicegobernador Gabriel Mariotto, por caso, parecen resignados a esperar que sea la Casa Rosada la que avale sus candidaturas directamente porque los números de las primeras encuestas los muestran muy lejos de las peleas principales.
¿Tendrá la fuerza necesaria el armado de Mi Provincia para imponerse en una mesa de negociación al kirchnerismo duro?. ¿Estará dispuestos Insaurralde a medirse en las PASO con un candidato al que avale el gobernador Scioli?. ¿Irá el lomense por el lado del Frente Renovador, donde lo espera un terreno fangoso pero con dirigentes con menor caudal de votos?. Algunas de estas preguntas seguramente tendrá respuesta de la boda con Jésica Cirio, el próximo 8 de noviembre en La Manea Polo Club, en Tristán Suárez.