Decenas de miles de manifestantes marcharon este miércoles desde Congreso hasta la Plaza de Mayo como culminación del paro internacional de mujeres (8M), una iniciativa a la que adhirieron unos 40 países en reclamo de igualdad salarial, en contra de la violencia patriarcal y por la ampliación de derechos de género, que en Argentina se multiplicó con réplicas en las grandes ciudades del país. Hubo una fuerte presencia de organizaciones políticas, sindicales, sociales y de género del sur del Conurbano.
La Avenida de Mayo quedó colapsada y la Plaza de Mayo desbordada por la multitud que, mientras transcurría el acto, siguió sumándose a través de las diagonales Roque Sáenz Peña y Julio A. Roca para llegar lo más cerca posible al escenario montado de espaldas a la Pirámide, en el que varios invitados llegados de Colombia, México y otros países sumaron su adhesión.
Al mediodía, mujeres de la Multisectorial de Lanús realizaron un acto en la Plaza Belgrano, junto a la estación, y luego partieron a Plaza de Mayo. Paralelamente, en los Tribunales de Lomas de Zamora, integrantes de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) realizaban un acto. Sus pares de Quilmes, en tanto, también estuvieron presentes el multitudinario paro y marcha.
Por su parte, agrupaciones sociales y políticas, partieron de la Plaza Grigera y de la plaza ubicada frente al Colegio Nacional de Adrogué, en Lomas de Zamora y Brown, respectivamente.
En tanto, desde Ingeniero Budge partió hacia la marcha en el centro porteño un micro con militantes de la organización Mujeres del Sur, que también dijeron presente en el 8 M.
A las 19 comenzó el acto principal, con la lectura de un documento acordado por las agrupaciones convocantes, en el que que se trazó un panorama de la situación de la mujer en Argentina y Latinoamérica, y se plantearon una serie de exigencias económicas, sociales y laborales como el «reconocimiento del trabajo doméstico y reproductivo; asignaciones económicas y licencias por violencia de género»; y el «aumento de las licencias por maternidad y paternidad».
También se reclamó un relevamiento de las mujeres trabajadoras organizadas en empresas recuperadas, la reglamentación de la ley de emergencia social y salario básico igual a la canasta familiar.
En el pedido tampoco faltaron los jubilados, para los que se exigió «el 82 por ciento móvil»; la «paridad en la representación sindical y la presencia de mujeres en las cúpulas» de los gremios, momento en que los concurrentes pidieron a coro por un «paro general».
El texto también pidió la implementación del aborto no punible, la legalización del aborto y la liberación de «presas políticas por el patriarcado», en referencia a las mujeres presas por la interrupción de embarazos.
Durante el trascurso de la tarde, miles de manifestantes se acercaron hasta la Plaza del Congreso, donde se concentraron desde las 17 para marchar luego hasta a la Casa Rosada.
«Vengo a representar a las mujeres que no pueden venir porque en la casa tienen un marido que las está controlando, que no la deja salir. Vengo a dar voz a las que no tienen voz. Creo que este reclamo es muy justo, ya no puede haber más mujeres muertas ni violadas», dijo Mariana Rojas a Télam.
«No puede haber más muertas por la violencia machista», plasmaba uno de tantos carteles que expresaron la diversidad de la convocatoria: «Por soberanía sobre nuestros cuerpos, ¡Nosotras paramos!».
Guadalupe Carnelli, del movimiento feminista Mala Junta, que integra la corriente popular Patria Grande, definió que «hoy marchamos porque todavía tenemos un montón de derechos que conquistar, no queremos ni una muerta más en manos de la violencia machista».
Carnelli agregó que Mala Junta participa de la campaña por un aborto legal, seguro y gratuito, «porque también es violencia que las mujeres mueran por no poder tener aborto en condiciones», y que «el paro de hoy también representa a la diversidad: las lesbianas sufrimos violencia machista cuando no podemos transitar libremente de la mano por la calle».
Silvana Sosa, coordinadora en la provincia de Buenos Aires de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina, dijo a Télam que «en lo que va del año tenemos 16 compañeras asesinadas».
«Nos vamos a seguir sumando porque vivas nos queremos, por Gina Vivanco, Gringa Herrera, Diana Sacayán y Claudia Pía Boudracco siempre estaremos presentes».
A la marcha se sumaron militantes del partido español Podemos, residentes en Argentina, entre ellos Pablo Estruga, quien dijo a Télam que cree que la lucha por las mujeres «tiene que estar en primer lugar en las estrategias políticas, y las reivindicaciones de la marcha en Buenos Aires son las mismas» que sostienen las dirigentes españolas Clara Serra y Rita Maestro.
También formaron parte de la movilización gremialistas del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Confederación de Trabajadores de Argentina (CTA).