Acostumbrado a la comodidad electoral de la ciudad de Buenos Aires, el macrismo no se había arriesgado hasta hace muy poco a una jugada fuerte: disputarle al Frente Renovador y a UNEN el espacio de oposición en el sur del Conurbano bonaerense. El Pro parece ahora decidido a dar una batalla que, en lo electoral, preocupa mucho más al massimo que al Frente para la Victoria.
Por Alejandro Córdoba
Quizás el único distrito donde el macrismo no parece sorprender es en Lanús. El ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, ha competido con boleta corta y obtuvo dos bancas en el heterogéneo Concejo Deliberante lanusense.
Con constantes pedidos de informes al intendente Darío Díaz Pérez, los concejales macristas vienen incomodando al oficialismo pero, en especial, quitándole protagonismo a la oposición. Justamente, es el Frente para la Victoria el que no parece preocuparse mucho por el avance electoral del Pro, traccionado por la candidatura presidencial de Mauricio Macri.
En el kirchnerismo, están más atentos en cuidar los votos propios. “El Pro, a nivel electoral, seguro que le va a robar votos al massismo y algo al FAUNEN”, aseguran las fuentes del FPV.
En Lomas de Zamora, el Pro acaba de presentar su carta: el ex delantero de Banfield, Julio Cruz. El macrismo busca sentarse a la mesa de la discusión política en un distrito lleno de condimentos electoral con vistas al 2015.
El Pro supo tener representación legislativa en Lomas pero luego perdió lo poco que tenía. Se encuentra con un oficialismo que no para sumar precandidatos potenciales, un Frente Amplio UNEN que parece sólido a nivel pero que teme que desprolijo armado nacional lo arrastre, y un massismo que tiene dos precandidatos dispuestos a dar batallas pero muy expectantes sobre la movida que pueda hacer el diputado nacional Martín Insaurralde.
En este contexto, difícil pero atractivo, el macrismo lomense se propone recuperar protagonismo y plantarse como un sector más de la oposición. Habrá que ver qué ayuda tiene el espigado Julio Cruz, recién llegado al mundo de la política.
En Almirante Brown, el elegido de Macri es Carlos Regazzoni, subsecretario de Educación porteño. En este distrito, el desembarco del Pro incomoda por demás al Frente Renovador. Sin la conducción formal del diputado nacional Darío Giustozzi, el massismo tiene fuertes internas que muy probablemente impacten en el plano electoral. Por el otro lado, el oficialismo browniano se ve acosado por un Frente para la Victoria que parece definido a jugar junto a Daniel Scioli y a recuperar el espacio perdido en los últimos años.
“Hay un electorado de Burzaco y Adrogué, con importante caudal de votos, que extraña los primeros años de gestión de Giustozzi y ahora está disconforme. Allí, nos haremos fuertes en el Almirante Brown”, advierten en el Pro como estrategia.
En Avellaneda, donde las disputas internas han erosionado tanto al Frente Renovador como al kirchnerismo, Macri busca tener una alternativa con la diputada nacional Gladys González. La movida, aquí, no es sencilla. Tendrá un frente interno representado por Daniel García, dirigente del Pro, que responde a Jorge Macri.
Con estas definiciones, el objetivo del macrismo parece ser, además de la pelea por imponer dirigentes locales en los distritos de la Tercera Sección Electoral, terminar de consolidar a María Eugenia Vidal como candidata a gobernadora.
El avance que planea el Pro en el sur del Conurbano bonaerense no deja de preocupar al massismo. Si bien en el Frente Renovador bonaerense confían en arrastre del voto a Sergio Massa no ignoran la dificultad de enfrentar al kirchnerismo, a UNEN y ahora al partido que lidera Mauricio Macri.
De esta manera, los grandes trazos del tablero electoral del Conurbano comienzan a definirse. Resta aún conocer los detalles finos, nombres y candidaturas. Pero para eso faltan unos meses.