En un giro alarmante para la política exterior argentina, el gobierno nacional se ha posicionado como el único país en rechazar dos resoluciones claves de la ONU. Primero, votó en contra de la resolución sobre los derechos de los pueblos originarios, y luego fue el único voto negativo en una iniciativa global para prevenir la violencia contra mujeres y niñas.
Mancebo, miembro y representante de defensores del pueblo ante organismos internacionales, expresó su preocupación por este aislamiento de Argentina, que se coloca al margen de 170 países que apoyaron las resoluciones. “Este comportamiento refleja un retroceso significativo en la protección de los derechos humanos, y coloca al país al lado de regímenes que han sido históricamente cuestionados por su postura en estos temas”, sostuvo.
El defensor también destacó la peligrosidad de este enfoque, especialmente considerando que países como Estados Unidos e Israel, considerados aliados por el presidente argentino, votaron a favor de las resoluciones.
Además, la Argentina se retiró de la COP29 en Azerbaiyán, en una muestra clara de su postura negacionista sobre el cambio climático, y se ha alejado de consensos globales sobre la agenda de género en el G20. A nivel internacional, la imagen de Argentina, antaño admirada por hitos como el Juicio a las Juntas, ahora se ve empañada por estas decisiones unilaterales.
El ombudsman adelantó que participará activamente e la próxima COP30, que se celebrará en Belém do Pará, Brasil, como parte de su compromiso con la lucha global por los derechos humanos y el medio ambiente. “No podemos permitir que nuestro país se aleje de las discusiones globales que afectan a todos, especialmente a los más vulnerables”, concluyó.
