Por Sebastián Hadida (para Noticias Argentinas) El agite que inició La Cámpora del clamor por Cristina Kirchner presidenta del Partido Justicialista (PJ) pateó el tablero en la interna del peronismo, en un movimiento que deja entrever la ambición del kirchnerismo duro de reposicionarse en la principal fuerza política opositora ante la amenaza que para algunos de ellos significa el armado nacional incipiente del kicillofismo.
La señal de largada la dieron el senador nacional de Unión por la Patria Eduardo “Wado” de Pedro, y la contestataria intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, con una misma línea argumental: es tiempo de que una mujer conduzca por primera vez el PJ.
No es casual que la campaña se haya iniciado desde la cúpula de La Cámpora. En medio del fuego amigo que viene recibiendo la agrupación por comportamientos sectarios, Cristina Kirchner busca dar el mensaje de que los verdaderos herederos políticos de la ex presidenta son ellos, empezando por su primogénito Máximo Kirchner.
“Cristina es Máximo y Máximo es Cristina”, repiten en off the record en La Cámpora, como para reafirmar el rol que vienen desempeñando como delegados de “La Jefa” y correa de transmisión de su conducción nacional.
Esa fórmula tautológica sobre una supuesta equivalencia entre madre y hijo es una forma de avisar que cualquier crítica hacia Máximo o La Cámpora va a ser leída por Cristina como una crítica a su metodología de conducción política.
Después de que Wado de Pedro y Mayra Mendoza pidieran por Cristina en el PJ, fueron llegando las adhesiones en cascada.
La senadora ultracristinista Juliana Di Tullio también habló de que “es tiempo de mujeres” en el partido. La lista de adhesiones es larga. Por nombrar a algunos: Anabel Fernández Sagasti, Mariano Recalde, Daniel Catalano, Mariel Fernández, Víctor Santa María, Oscar Parrilli y José Mayans.
Éste último reveló una charla íntima que tuvo días atrás con Cristina Kirchner, en la que también participaron Di Tullio y Fernández Sagasti.
“Cristina me dijo que está con ganas de ser presidenta del PJ, dice que hay mucha gente sufriendo y que hay que reparar todo eso”, reconstruyó el jefe del interbloque de Unión por la Patria en el Senado.
«Si a todos les parece, yo no tengo ningún problema, estoy bien de salud, estoy con ganas de ir a todo el país. Estoy con muchas ganas de trabajar, hay mucha gente sufriendo y en este momento hay que reparar todo eso», citó el formoseño presuntos textuales de la ex presidenta.
Durante sus dos mandatos como presidenta, Cristina Kirchner siempre se rehusó a formar parte de la orgánica del partido. Nunca le interesó y le restó importancia, al punto que recién puso pie en la sede del PJ en 2019, cuatro días antes de revelar a través de un tuit que sería candidata a vicepresidenta de Alberto Fernández.
En un contexto totalmente distinto a aquel, ahora sí analiza la posibilidad de desembarcar en el PJ. Todo parece indicar que tras largos meses de comentarista de la realidad, Cristina Kirchner se abrirá paso otra vez en la política grande y desde el PJ buscará convertirse en la arquitecta electoral del peronismo, especialmente de la provincia de Buenos Aires.
Si la candidatura a diputada nacional no fuera una opción para ella (ya sea por autoexclusión voluntaria o por un fallo judicial), la vía del PJ le daría la oportunidad de volver al ruedo sin ningún costo a pagar.
De una un otra forma, Cristina Kirchner busca recuperar la hegemonía en su principal bastión territorial e identitario, y por eso reapareció la semana pasada en La Matanza, corazón del conurbano bonaerense.
En La Cámpora ven con preocupación y desconfianza la construcción política nacional que está desarrollando Axel Kicillof desde la provincia de Buenos Aires, y por eso están apurando la vuelta de Cristina.
Se trata en definitiva de una puja de poder interno dentro del kirchnerismo: el hijo de la ex presidenta considera que el mandatario bonaerense adelantó los tiempos del armado de su proyecto presidencial, y además lo hizo sin pedirles permiso.
Kicillof afianzó vínculos con intendentes que se la juegan por él y enfrentan a La Cámpora discursivamente, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada).
Su mano derecha, Carlos Bianco, le armó una agrupación de pura cepa kicillofista denominada “Patria y Futuro”, que juega en tándem como “La Patria es el Otro” del ex jefe camporista y actual ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque.
El ex ministro de Economía empezó también a mostrarse como líder nacional en el exterior, y por eso viajó a México para estar en la asunción presidencial de Claudia Sheinbaum, y de paso entrevistarse con el jefe de Estado brasileño, Lula da Silva.
En el kirchnerismo duro, en realidad, no tienen reparos con que Kicillof tenga aspiraciones presidenciales. De hecho, reconocen que al final del camino lo van a necesitar como candidato a la Casa Rosada.
El problema, sostienen, es que “confunda su rol y crea que por ser candidato va a poder reemplazar a Cristina en el lugar de la conducción del movimiento”, señalaron a Noticias Argentinas fuentes cercanas a La Cámpora.
“La conducción del movimiento” no es otra cosa, traducida correctamente, como la persona que tiene el poder para agarrar la lapicera y armar a dedo las listas.
El temor de La Cámpora es que Kicillof pretenda reemplazar a la ex presidenta y de esa manera la agrupación de Máximo Kirchner pierda el privilegio del que siempre gozó en el reparto de lugares en las listas de candidatos.
Con “La Jefa” presidiendo el PJ, entienden, se termina la “confusión de los roles”, y se ahuyentan los peligros de que el ex ministro de Economía pretenda digitar la confección de las listas, arrebatando el monopolio que siempre tuvieron Cristina y Máximo Kirchner.
“No es nuestra interna”, aclaró a Noticias Argentinas un dirigente del riñón del líder de Patria Grande, Juan Grabois, quien prefiere no quedar en medio del fuego cruzado entre los dos sectores kirchneristas.
“Cristina y Máximo tienen la estructura, y el otro espacio tiene al candidato que por ahora tiene mayor potencial para el 2027. Es cuestión de unir las dos cosas. La interna se va a ordenar”, reflexionaron en voz alta otras fuentes consultadas del kirchnerismo.
Quintela no se baja
Otro de los aliados de Kicillof en su construcción política nacional es el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, a quien le dio su bendición para presidir al PJ mucho antes de que La Cámpora iniciara el clamor por Cristina.
Aunque la participación de la ex presidenta en las elecciones partidarias no está confirmada, el riojano ratificó hoy que mantiene su postulación y dijo que está preparado para una interna.
El Partido Justicialista convocó a elecciones de autoridades para el 17 de noviembre, mientras que el plazo de presentación de listas vence el 19 de Octubre.
Quintela tenía pendiente una charla con Cristina Kirchner en el Instituto Patria, en la que esperaba recibir su bendición.
No tenía grandes retadores en el horizonte y contaba con el aval de sus pares gobernadores del peronismo.
El operativo clamor rompió esos planes, y obligó al mandamás riojano a recalcular. Sin embargo, en declaraciones periodísticas aseguró que “el peronismo tiene que competir” y que «no hay que tenerle miedo al proceso interno».
También señaló que “el que pierde tiene que acompañar” y hasta se animó a decir que en caso de que le tocara a él ganar la interna, la ve a “Cristina acompañando”.
Quintela subrayó el «respeto y admiración» que siente por Cristina Kirchner, e indicó que por eso cree «que es importante presentar los dos proyectos para el país».
Apenas lanzado el operativo clamor, el apoderado de la lista que encabeza el gobernador riojano, Daniel Llermanos, ratificó que el gobernador no bajará su lista para el PJ.
«Como apoderado de la lista de Ricardo Quintela para la Presidencia del PJ manifiesto mi alegría de que participe Cristina. Todo indica que el Peronismo necesita una elección interna que defina quiénes son los representantes legitimados por el voto», escribió en su cuenta de Twitter.
Tal vez sea una forma del mandatario riojano para subirse el precio y si Cristina confirmarse su intención de ir por el PJ, negociar algún cargo entre las autoridades.
Algo de eso insinuó el propio Mayans, quien en una entrevista radial pidió que haya una fórmula única encabezada por Cristina Kirchner y con Quintela como candidato a vice.