A diez días del crimen del prestamista de Temperley, Manuel Amarilla, las expectativas de los investigadores están puestas en el cruce de llamadas entre el celular de la víctima y de aquellas personas a las que les prestaba dinero. “la clave está ahí, cuando tengamos esos resultados se podrá avanzar”, explicó una alta fuente policial a DiarioConurbano.com.
Cabe recordar que en el hecho, ocurrido la vivienda de Carola Lorenzini y Triunvirato, en Temperley, resultó herido de un roce de bala el hijastro de Amarilla, de 9 años.
Ya recuperado, el menor declaró en la causa. “Aportó muy poco porque cuando entraron los dos hombres, él estaba durmiendo. Sólo pudo dar una descripción física general de los agresores”, señaló el investigador.
Si bien había versiones que indicaban que el prestamista había recibido amenazas poco antes de ser asesinado de un balazo en la cabeza, no hay ninguna denuncia al respecto. “El problema es que las cosas se mezclan porque justamente su método para cobrar el dinero que prestaba era a través de amenazas”, indicaron las fuentes consultadas.
En el entorno del Amarilla hay un fuerte hermetismo y las declaraciones de amigos y familiares aportaron muy poco en la causa que lleva adelante el titular de la UFI 12 de Lomas de Zamora, Fernando Semisa.
Manuel Amarilla tenía 35 años y murió en su casa luego de recibir un disparo en la cabeza efectuado por dos hombres a quienes conocía, ya que les permitió ingresar en la mañana del martes último.
Sobre el hecho y el móvil – un ajuste de cuentas – no parece haber dudas para los investigadores. El foco está puesto en las personas las que Amarilla debía dinero y aquellos que le adeudaban plata a él, en el marco de su actividad comercial informal.
Además de prestar dinero a altas tasas y presionar de distintas formas para cobrar, la víctima tenía dos remises, como actividad secundaria.
