La familia de Jorge Gauna, el hombre de 41 que apareció muerto en la comisaría 7ma de Quilmes luego de ser detenido por hurto, reclama avances en la investigación hace casi un año del hecho.
El 23 de marzo de 2024, Jorge, se dirigió a la casa de una mujer policía a realizar una “changa”, al terminar se compró una bebida alcohólica en un comercio cercano y se quedó en una esquina.
Según testigos la mujer policía minutos después de que él se retirase fue a buscarlo argumentando que le había robado herramientas de trabajo.La supuesta damnificada llamó a un patrullero pero a Gauna no lo querían llevar ya que no había denuncia y tampoco tenía las cosas que ella decía que le había robado.
Después llegó otra patrulla en la cual vino un familiar de la mujer y entonces Jorge fue convencido y se subió al patrullero rumbo solucionar el problema en la comisaría, según detalló la familia de la víctima a DiarioConurbano.com.ar.
En horas de la madrugada del día siguiente, la familia de Gauna fue notificada acerca del suicidio del hombre de 41 años pero nunca creyeron en esta versión.
“No lo ahorcaron porque él no tenía marcas en el cuello, sí estaba todo golpeado, tenía las costillas rotas y los dedos quebrados. Seguramente se les fue la mano y la quisieron dibujar”, explicó Romina, sobrina de la víctima a este portal.
En un principio la causa fue caratulada como averiguación de causales de muerte pero meses después pasó a calificarse como homicidio. Por el caso declararon policías de la comisaría 7ma pero ninguno fue apartado o suspendido de la fuerza.
“Nosotros seguimos con las marchas todos los 23 de cada mes pidiendo justicia por Jorge para que no se olviden y que no sea un caso más. La justicia es lenta pero creo en un Dios así que justicia va a haber”, expresó Viviana, esposa de la víctima, a este portal.
Y agregó “queremos que todos paguen porque Jorge no merecía lo que le hicieron, nos destrozaron, todos los días cuesta ver que ellos siguen en las mismas de siempre como si nada”.
La dirección de Prevención de Violencia Institucional del Municipio de Quilmes trabaja en el caso que está a cargo del fiscal Martín Conde de la UFI 3 de Quilmes.
“Mi tío era una persona buena con muchas ganas de vivir, todos los conocían por qué él siempre estaba haciendo changas para los vecinos, no era una persona que mereciera lo que le hicieron”, finalizó Romina.