El fiscal de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera pidió 35 años de prisión para un hombre acusado de violar durante dos años a su sobrina de 8 años, quien terminó con graves consecuencias físicas y psicológicas. Los hechos tuvieron lugar, entre el 2011 y 2013, en una humilde vivienda de Monte Chingolo, Lanús Este, donde el imputado vivía con la víctima y su familia.
Por Mabel Cáceres
En su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Lomas de Zamora, el fiscal consideró probado que el hombre de 21 años fue el autor de las violaciones y las “graves lesiones que provocaron riesgo de vida a la víctima, si no hubiera existido la intervención médica, ya que la menor tenía una infección generalizada”, al momento de su internación en el Sanatorio Güemes de la Capital Federal.
Cabe recordar que los constantes abusos de los que era víctima la menor – cuya identidad se mantiene en reserva – le generó “una perturbación psicológica” que la llevó a autolesionarse, heridas que derivaron en su internación hospitalaria.
Scalera enumeró las pruebas reunidas durante la investigación, a las que consideró suficientes para dar por probado la autoría del acusado en los delitos que se le imputan. Al joven – de quien hasta el momento no trascendió la identidad – se lo acusado de “abuso sexual con acceso carnal reiterado, lesiones graves, y corrupción de menores agravada”.
“Se encuentra demostrado el delito y sus consecuencias por las pericia psicológicas y psiquiátricas, y por los informes médicos y sociales realizada a la menor”, aseguró el fiscal.
El hombre, según la investigación judicial, está acusado de abusar de la niña y de obligarla a ver videos pornográficos para repetir escenas. El imputado vivía en pareja con la hermana del padre de la víctima, en la misma vivienda que la menor, y la amenazaba con matar a toda la familia si contaba sobre los abusos.
Luego de una primera denuncia, comenzó a intervenir la Defensoría del Niño de Capital Federal y luego una fiscalía de Lomas. Quince días antes del alta de la niña, la familia se entera de que había sido abusada. La menor fue derivada por la Justicia, para su protección, a un hogar religioso, durante siete meses, alejada de sus padres y hermanos.
En ese hogar religioso, la niña contó de manera espontánea cómo era abusada por su tío. De hecho, el testimonio de las responsables de ese lugar fue clave en la acusación.
Según la causa, luego de la internación de la niña, el imputado se fue a vivir a Mar del Plata, porque tenía “miedo de que lo acusaran”.
Durante el debate oral y público declararon los familiares de la víctima, médicos, psiquiatras, y la monja del hogar religioso.
El fiscal indicó en su alegato que como atenuantes valoró la ausencia de antecedentes del acusado y como agravantes pidió que se tenga en cuenta las “reiteradas violaciones, y la extensión del daño causado a lo físico, que dan cuenta del hecho”.
En tanto la defensora del acusado solicitó la absolución de su defendido porque entendió que las imputaciones eran “especulaciones”. Al tiempo que fundamentó que la niña sufrió maltrato desde el momento de su nacimiento, ella y todos sus hermanos, por lo que responsabilizó a los padres.
Y sostuvo: “Pido la absolución. Los agravantes del fiscal son genéricos. En lo psíquico, los únicos responsables son los padres”.
En su réplica el fiscal Scalera indicó que la madre de la menor también está siendo investigada, por el maltrato que existía en su hogar.
En el momento de decir sus últimas palabras, antes de la sentencia, el acusado expreso: “Juro por la memoria de mi mujer y de mi hija, que soy inocente”. El monto de la pena se conocerá la próxima semana.
