El juez de Garantías 8 de Lomas de Zamora, Gabriel Vitale, denegó la excarcelación para Daniel Lagostena, detenido por el crimen y desaparición del cuerpo de su pareja, Érica Soriano, en un hecho ocurrido en agosto de 2010, en Lanús. El imputado seguirá detenido a la espera de una decisión de la sala III de la Cámara de Apelaciones de Lomas que confirme su situación o que, como ya ocurrió, la revierta y lo deje en libertad.
Según indicaron fuentes judiciales a DiarioConurbano.com, la defensa de Lagostena fundamentó su pedido de excarcelación en su falta de condenas y en que siempre había colaborado con la investigación de la desaparición de Soriano.
No obstante, en su resolución, Vitale recordó que todos los peritos que han intervenido en la causa “son contestes en determinar que Daniel Lagostena es un manipulador de las situaciones, se ubica como víctima, tiene agresividad contenida, ausencia de angustia y emociones”.
Además, recordó la pena en expectativa por el delito pero destacó que su decisión se fundamentaba la actitud de Lagostena durante el proceso, “sus ausencias, la puesta en escena en su casa” y sus vínculos con el sector funerario, que incluye la administración de crematorios donde se sospecha se habría hecho desaparecer el cadáver de la mujer de 30 años.
Lagostena está preso desde el 1 de mayo a pedido del fiscal Loureyro, luego de que surgieran nuevos elementos de prueba a partir del análisis de los llamados telefónicos y de la conducta inusual que mantuvo tras la desaparición de Érica.
El hombre fue apresado en la vivienda en la que residía junto a la víctima, situada en Coronel Santiago 1433, de Lanús.
Según consta en el expediente, el 20 de agosto de 2010, Soriano y Lagostena regresaban del ginecólogo y a las 22.13 la mujer recibió el llamado de una amiga y le dijo que estaba yendo con su pareja hacia su casa en auto.
Esta llamada fue el último contacto que tuvo la mujer con su entorno social en momentos que se encontraba en compañía de Lagostena.
Cerca de la medianoche, Lagostena comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino Brian Poublán (25), hijo de su hermana, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual, determinaron los pesquisas.
Alrededor de las 5 del día siguiente, un teléfono celular a nombre de la madre del joven registró llamadas salientes en el centro porteño y la Costanera Norte, en esta Capital Federal, y luego se activó en Lanús, cerca de la casa del joven y su madre.
Una fuente judicial explicó que se cree que esas llamadas se efectuaron en el lapso durante el cual se hizo desaparecer el cuerpo de Soriano.
Si bien Lagostena dijo que solamente tenía un teléfono celular a nombre suyo, luego se comprobó que tenía cuatro celulares activos.
Además, como nuevo elemento de prueba, se detectó que cuando la pareja se dirigía a su domicilio en Lanús «ya se encontraba una persona no identificada al día de la fecha, quien utiliza el teléfono de línea, realizando una llamada en el horario de 22.01».
Otro dato valorado por los pesquisas fue que cuando la familia de Soriano concurrió a su casa con la Policía para saber sobre ella, encontró allí la ropa con la que Lagostena dijo que había salido hacia lo de su madre tras mantener una discusión con él, su cartera con todas sus pertenencias, excepto el celular, y el ácido fólico que tomaba por su embarazo.
Peritos que buscaron rastros en la casa hallaron la chimenea caliente y restos de poliéster que se correspondían con una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja.
También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con el reactivo Luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.
Esta prueba coincide con el testimonio de una testigo de identidad reservada que declaró que «el día del hecho Daniel y Erica discutieron y por tal motivo le pegó un ‘sopapo’, ella se cayó y se golpeó la cabeza contra una mesada».
Además, los investigadores tomaron como una prueba importante que Lagostena tenía vínculos con propietarios y empleados del rubro funerario que le podrían haber encargado la cremación del cadáver ya que en algunas oportunidades se han quemado cuerpos sin la documentación correspondiente.
Por su parte, Lagostena se declaró «inocente» ante el fiscal e hizo su descargo ante cada una de las nuevas evidencias que le formularon en su contra.