“No le atribuyo el delito a nadie”, afirmó el fiscal Jorge Bettini, en su alegato por el crimen de Vilma Gil, la mujer cuyo cuerpo se encontró en el interior de un volquete en enero de 2013 en Valentín Alsina, partido de Lanús. El único imputado es su pareja Carlos Alberto Rodríguez. La próxima semana el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 10, dará a conocer su decisión. Ante la falta de acusación, todo indica que el acusado será declarado inocente y dejado en libertad.
Este jueves el fiscal Jorge Bettini argumentó en su alegato que al inicio del juicio oral que se lleva adelante a Carlos Alberto Rodríguez, intentó probar si el hombre introdujo el cadáver de Vilma Gil para ocultar la muerte, pero al final de del debate se encontró con que “son muchas las personas que estaban habilitadas para introducir el cuerpo de la mujer en el volquete. Todos tenían acceso al lugar, que siempre permanecía abierto”, indicó.
En ese sentido, el fiscal sostuvo que el homicidio de la mujer es para una condena de prisión perpetua, pero en este caso “no atribuyo el delito a nadie, porque ninguno fue muy directo”, en referencia a los familiares de la víctima y algunos testigos que señalaron a Rodríguez como autor.
El imputado, de 43 años, llegó a juicio oral en libertad. Estuvo poco menos de un mes en prisión y luego la Cámara de Apelación lo dejó libre.
El representante del Ministerio Público Fiscal indicó que de la acusación “lo único que estaba firme y sigue son las deficiencias de Rodríguez, con respecto al hallazgo del cadáver”.
Cabe recordar que según testigos que declararon en el juicio, además del video que fue filmado por la policía de Lanús, cuando se realizó el allanamiento en la planta recicladora de plástico, Rodríguez aludía con insistencia que el olor que emanaba del volquete era “de cebo o algún animal muerto”.
Bettini manifestó que lo que se ha probado y que la fiscalía trae como hipótesis es que “el 16 de diciembre de 2012, en la zona de la calle Palacios, murió Vilma Gil, luego de sufrir violencia en el cuerpo con un elemento filoso y lesiones en el cuello, que podría ser por asfixia”, según determinó la autopsia, del cuerpo con avanzado estado de descomposición.
Y agregó: “Entre el 16 de diciembre y el 8 de enero se colocó el cuerpo en el volquete. Eso tampoco sé pudo determinar la fecha exacta”. En otro orden, Bettini indicó que tampoco “existe testigo de la autoría del hecho. No hay nadie que acredite la violencia sobre el cuerpo. Tampoco se secuestró armas”.
Luego, el fiscal enumeró los testimonios que tuvo en cuenta y manifestó: “Todas las parejas de los Gil, en particular la de Vilma y Rodríguez, tenían conflictos preexistentes. Todos se agredían, en algunos casos con armas. Además, todos tenían acceso a la casa de la víctima y al predio donde fue encontrada”.
Y continúo: “En diciembre Carlos y David, el gran desaparecido, empiezan a vivir en el predio por conflicto familiar. Los hermanos de Vilma continuaban comiendo pizza, como si nada, cuando la mujer ya estaba desaparecida. Y otro testigo, contó que un vecino, vio a Hugo, (hermano de Vilma) pasar con algo envuelto que decía ser un perro muerto”.
Con respecto a David Gil, señalado por algunos testigos como la última persona con la que se la vio a Vilma, el fiscal expresó: “Se manifestó preocupado ante la desaparición, recibe bromas de los familiares acusándolo de la desaparición y luego desaparece. Nunca más es visto ni buscado, sin que a nadie de los familia le interese encontrarlo”.
El hecho
Según la investigación, el 14 de diciembre de 2012, Rodríguez denunció la desaparición de Vilma Mariel Gil, de 32 años, de su casa ubicada en Lucero 495, en un asentamiento precario de Valentín Alsina, Lanús.
Su cuerpo fue encontrado el 8 de enero, luego de que vecinos denunciaran un fuerte olor que provenía de un volquete ubicado dentro de una planta de reciclado plástico en las calles Luzuriaga y Palacios, totalmente desnudo y con un avanzado estado de descomposición.