Un especialista en rastros oloríficos afirmó que el perro Bruno – el can que marcó la casa de Marcos Bazán y lo vinculó con el femicidio de Anahí Benítez – “fue inducido” por su entrenador, Diego Tula. El testimonio tuvo lugar en una nueva jornada del segundo juicio oral por el caso que se lleva adelante en el TOC 7 de Lomas de Zamora.
Mario Rosillos, especialista en rastros oloríficos y veterinarios, visualizó el trabajo del perro Bruno cuando “marcó” la casa de Marcos Bazán y la relacionó con Anahí Benítez. Se trata de una prueba clave por la que Bazán fue condenado a perpetua junto a Marcelo Villalba, en el primer juicio oral. Hoy ambos están sentados en el banquillo de los acusados.
El especialista dijo que el perro actuó inducido y marcó en el momento del rastrillaje en el que Diego Tula le hizo una seña que derivó en la marcación de la casa de Bazán.
Luego cuestionó el uso de una correa corta para el rastrillaje ya que condiciona la libertad de acción del perro.
Rosillos contrastó el rastrillaje que terminó con la marcación de la casa de Bazán con otros que realizó el mismo perro en la búsqueda de pruebas de un docente que estuvo detenido por el femicidio. “El rastrillaje del profesor fue hecho correctamente”, contrapuso el especialista.
En la jornada de este lunes fue el propio Diego Tula quien defendió el trabajo de su perro Bruno a quien le otorgó el 100 % de eficacia.
Tula dijo tener un método propio de trabajo, no contemplado “los manuales”. En tanto, aseguró que “siempre” se llevaba las muestras a su casa de los peritajes que realizaba.
También declaró Marcelo Romero, que participó del hallazgo del celular del Anahí Benítez en poder del hijo de Marcelo Villalba. Además, fue el especialista quien halló la funda del teléfono de la víctima.
Finalmente, entre otros testigos, declaró el perito químico Fernando Cardino. Reconoció que actuó en función de la teoría del caso que tenía la fiscal Verónica Pérez.
Uno de las pruebas apunta a la existencia de naftaleno en el pelo de Anahí que coincidiría con ese compuesto existente también en la honguera de la casa de Bazán.
Según la instrucción, el naftaleno marcaba que la joven había estado en la casa del acusado poco antes de ser asesinada.
Lo cierto es que Cardino desconocía que había una pericia que marca una alta concentración de naftaleno en el cabello de Anahí Benítez. “Si es así puede haber estado concentrado desde tres años antes” de la pericia, sostuvo.
De esta manera, el perito debilitó otra de las pruebas en la que se sustentó la instrucción y la condena a Marcos Bazán.
El juicio oral y público continuará este miércoles 15 con el testimonio de otros peritos que participaron de la investigación.
El femicido
El 29 de julio de 2017, a las 17, Anahí Benitez (16) salió de su casa en Parque Barón para caminar hacia el Parque Municipal Eva Perón y no regresó. Su familia realizó la denuncia y durante esos seis días en los que Anahí estuvo desaparecida vecinos, amigos y la comunidad educativa de la Escuela Superior Antonio Mentruyt (ENAM) estuvieron buscando a la chica, repartían volantes, hablaban con la prensa y realizaban marchas.
Finalmente, el 4 de agosto encontraron el cuerpo de Anahí enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina. Las pericias determinaron que la habían violado y asfixiado.
