Decenas de personas se reunieron en la intersección de Maipú y Alsina, en Banfield, para recordar al joven este pasado jueves por la noche a un año de su muerte. La jornada inició con una marcha desde Roldán y Ñanduty, la esquina donde el joven de 27 años falleció tras el intento de robo de su moto por parte de seis delincuentes, para luego desembocar en el centro neurálgico de la ciudad con pancartas, banner y bandera. Tras unas palabras de su hermano Sergio, la proyección de un video y la dedicatoria de canciones y poemas, se dirigieron a French e Hipólito Yrigoyen en el oeste para realizar una volanteada con los automovilistas. “Es un dolor inmenso que no cesa y nunca va a parar”, consignó su pariente. Por el crimen del joven hay tres detenidos mientras que otros tres sospechados están prófugos.
Los brazaletes negros, los cánticos y la foto de Pablo en los carteles que portaban los identificaron a varios metros de distancia. Fueron varias decenas los que marcharon y se congregaron en la mítica esquina mientras otro tanto que allí aguardaba se sumó, todos convocados por la pérdida y el dolor.
Su hermano Sergio, el vocero en cada iniciativa y marcha, comenzó a noche con un comunicado en el que recordó los trágicos hechos y consignó hacia donde se dirige su búsqueda: “Justicia por Pablo y basta de inseguridad”.
“Estamos cargados de dolor” afirmó durante el acto al tiempo que consignó que eligieron optar por “el camino de que la justicia haga lo que tenga que hacer” y es por eso que “para que la causa no se archive siga la investigación” continúan con las marchas. “Lo que buscamos es salir a la calle para que el vecino sepa que hoy no solo es Pablo sino que puede ser cualquiera por nada”, señaló.
“Tenemos que unirnos porque no nos están cuidando. La realidad de lo que está pasando es la no prevención, sino que con el diario del lunes se ve que pasó y comienzan a investigar. Si se previene, no pasa eso. Hay una vista gorda de quienes nos tienen que proteger y cuando pasa vienen, te dicen ‘pasó esto’ y toman los datos”, consignó en cuanto a la responsabilidad de los encargados de la seguridad pública.
Si bien cada una de las reuniones en las que se recuerda a Pablo es en día viernes, Sergio aclaró que decidieron elegir el jueves previo al fin de semana largo “para que no se genere confusión con el día de mañana (por el viernes 24) que es un feriado nacional”.
“Volvemos a marchar pasando un año pidiendo justicia para que éste caso, con los tres detenidos que hay, se pueda elevar a juicio y se siga investigando por los tres que faltan”, aseguró sobre la etapa en la que se encuentra la investigación tras las aprehensiones de Maximiliano Díaz, quien es sospechado de ser el autor material del crimen; Cecilia Da Luz, sindicada como cómplice y otro integrante de la banda a finales de noviembre del año pasado.
Todos están bajo prisión preventiva acusados de “homicidio calificado criminiscausae” y resta dar con el paradero de los otros tres, por lo que el Ministerio de Seguridad de la provincia ofreció una recompensa de entre 50 y 150 mil pesos para quien brinde información fehaciente.
“Aunque ellos tengan condena perpetua, la verdadera perpetua la tenemos nosotros. Toda la vida nos queda ese dolor incurable”, sopesó Pablo e hizo una apreciación sobre la justicia: “Quizá el delincuente que hizo eso tiene que cumplir su condena teniendo su forma y discutiremos la manera en que la ley tiene que ampararlo, pero basta de garantías”.
“Estamos dando una domiciliaria a una mujer que está procesada por matar y cuida a una criatura, es una cosa de locos”, apuntó en ese sentido sobre el polémico beneficio otorgado por la cámara a la concubina de Díaz luego de dar a luz, quien está acusada de ser cómplice en el asesinato.
“Ese es nuestro pedido de justicia, poder llegar a tener una sentencia para éstas personas por lo que hicieron, el asesinato, y cumplan la condena. Familiares, vecinos y amigos estamos todos en la misma lucha que no termina” porque “es un dolor inmenso que no cesa y nunca va a parar”, clamó.
El Comunicado
“25 de marzo, año 2016, 20:30 horas. El infierno se hizo terrenal, sacudido por disparos. La ciudad de Banfield se ahogó en llanto y dolor. Vecinos, amigos y familiares vieron a Pablo morir ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Quién fue? Eran las únicas preguntas que no tenían respuesta mientras el nudo en el corazón seguía apretando, mientras las lágrimas ya eran mares que inundaban la ciudad. Con un grandísimo dolor, cargando en la espalda a los familiares, amigos y vecinos de Banfield tomaron la valiente decisión de no encerrar su dolor en una habitación. Con dolor convertido en fuerza ellos marcharon. Marcharon en silencio. Marcharon en la mojada y triste tarde de Banfield. Marcharon gritando. Marcharon cantando. Marcharon llorando. Marcharon y marcharon. La esperanza y pedido de justicia cada vez es más grande. Víctimas de otros infiernos se acercaron y cantaron su dolor mientras las instituciones tan injustas voltean sus rostros para no mirar. Son espectadores de nuestro dolor. Hoy, un año sin Pablo nos queda el recuerdo hermoso y una herida incurable. Hoy Banfield de luto, hoy luchamos. Pedimos que los asesinos paguen. Hoy luchamos por vos, luchamos por él, luchamos por mí, luchamos por todos. Hoy luchamos para que no pase nunca más. Hoy pedimos justicia por Pablo y basta de inseguridad”.
FOTOS: Diario Conurbano
