La causa por el crimen de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, cuyo cadáver fue hallado descuartizado en una valija en 2023 en un arroyo de Lomas de Zamora, en mayo pasado fue elevada a juicio. Sin embargo, en las últimas horas, la Justicia ordenó detener a tres de los imputados que estaban en libertad: se trata de Fernando Gastón Martín Carrizo, Luis Alberto Contreras y Matáis Ezequiel Gil.
Fuentes policiales y judiciales informaron que Carrizo y Contreras, el encargado de embalar los restos del trader, fueron arrestados este martes por la DDI de Lomas de Zamora de la Policía Bonaerense. Gil, en tanto, se entregó este miércoles por la mañana a la Justicia.
Carrizo cayó en la localidad bonaerense de Hurlingham y Contreras, en la de Ingeniero Budge. La orden de los arrestos se dio tras un fallo de la Cámara de Casación, luego de la queja presentada por el fiscal general adjunto de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, ante una resolución de la Cámara de Apelaciones porque les concedió la libertad a los imputados.
Los dos detenidos y Gil están acusados por el titular de la UFI N°5, Marcelo Domínguez, por los delitos de “homicidio triplemente agravado por ser cometido con alevosía, por codicia y por ser cometido por el concurso premeditado de varias personas, ello con el uso de arma de fuego”.
Uno de los dos detenidos por la DDI de Lomas de Zamora en las últimas horas
Además de Carrizo, Contreras y Gil, quienes ya habían estado tras la rejas, por el crimen de Pérez Algaba también llegan a juicio Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, quienes eran socios del trader; y Flavia Bomrad, el ex comisario de la Policía de la Ciudad Horacio Córdoba, y Blanca Cristaldo.
Los siete primeros serán juzgados por el homicidio triplemente agravado. En tanto, Cristaldo deberá responder por el delito de encubrimiento agravado.
Para el fiscal Domínguez, en un lugar y momento aún no determinado, pero entre las 18 del 18 de julio y las 3,19 de julio del 2023, varias personas asesinaron a Pérez Algaba, que se hallaba en estado de indefensión, de dos tiros por la espalda. Se cree que ese lugar fue el predio del campo “Renacer”, sobre la ruta 6 y 7 de la localidad de General Rodríguez.
Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, los principales acusados
La acusación
De acuerdo a la investigación del fiscal Domínguez, los asesinos del trader actuaron por “codicia”. Es que Pilepich y Vargas, socios en el emprendimiento inmobiliario, le debían dinero a Pérez Algaba y no tenían intención de devolverlo. Para el funcionario judicial, el homicidio les reportaba un rédito económico.
El cuerpo de Pérez Algaba fue hallado por partes en el Arroyo del Rey de Lomas de Zamora y en las inmediaciones de la estación de Bombeo de Ingeniero Budge. Ocurrió entre el 23 y 25 de julio. Una parte, embalada, estaba en una valija de color roja, con vivos negros, y otra en una mochila con las inscripciones del municipio y en un envoltorio confeccionado con bolsas de consorcio.
Carrizo, Córdoba, Gil y Contreras habrían prestado colaboración a Pilepich y Vargas de diferentes maneras y etapas: por ejemplo, se sospecha que Contreras fue quien embaló los restos. Mientras que Cristaldo ayudó a Pilepich a permanecer prófugo: lo alojó en su casa de Paso del Rey. Ahí lo capturaron.
Otro de los detenidos este martes por el crimen de Pérez Algaba
El rol de Bomrad fue “facilitar la realización de un acto jurídico” en la escribanía ‘Cerrato’, de Castelar, entre la víctima y Pilepich para que Pérez Algaba “creyera que el último cumpliría con el pago de una deuda que poseía con él y, de esta manera, se desplazase hacia ‘Renacer’”, donde se sospecha que lo asesinaron, según indica el requerimiento fiscal.
Pérez Algaba fue denunciado como desaparecido el 19 de julio por la dueña del departamento que había alquilado de manera temporal en la localidad de Ituzaingó. Al no tener noticias suyas, la mujer se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
En la propiedad que alquilaba, la Policía Bonaerense halló valijas armadas y ropa doblada. Sucede que el trader tenía un pasaje para viajar a Barcelona, el 19 de julio, es decir, horas antes de ser asesinado. Pretendía cobrar el dinero que le debían e irse.