Pese a que ninguno festejó vueltas olímpicas y se vieron afectados por los cambios en el sistema de disputa, los tres conjuntos tuvieron un mejor desempeño que en la temporada pasada. En la Primera A Lomas quedó lejos de la lucha por el descenso como en 2015 y en vez de eso pelearon hasta el final por la clasificación a los playoffs, que ahora se redujo a cuatro integrantes. Por su parte Banfield, en la Primera B, redondeó una formidable campaña y estuvo a punto de coronarla con el ascenso a la máxima categoría, pero cayó por penales en el repechaje y otra vez el cercano ascenso se le escapó. A su vez Lanús tuvo un desempeño de menor a mayor en el campeonato, al que cerró con siete victorias en ocho duelos.
De no haberse reducido en dos plazas, Lomas hubiera jugado la definición del campeonato que lo tuvo como uno de los animadores. El conjunto de Jorge Lombi, que inició la temporada con el objetivo de mejorar el sistema, puede decir que cumplió con la misión pero nadie saca de la cabeza de los jugadores que el desenlace pudo ser otro con lucha por el título incluida.
Su camino inició con un déficit importante de goles en el arco rival, aunque también le convirtieron poco y eso lo llevó a balancear para posicionarse en la zona de pelea. Si bien en las primeras siete fechas solo habían marcado nueve goles, luego subsanaron ese problema y se posicionaron como el cuarto que más anotó con 101, un promedio de poco más de tres por duelo. Por otro lado, en ese lapso fue uno de los que menos tantos sufrió con casi uno por partido, aunque al final llegó con 73 en contra (2,4 de media).
Conforme avanzó la temporada, mejoró sus índices en el goleo y hasta logró bajar la cantidad de tarjetas que lo tenía como uno de los más amonestados durante la segunda rueda y le ocasionó tener casi un jugador suspendido por fecha.
Sobre el final acumuló diez partidos como invicto, con seis triunfos y cuatro igualdades, y recién perdió el último duelo ante Mitre. Asimismo, ésta serie no le permitió llegar al duelo de cierre ni siquiera con una mínima oportunidad de ser uno de los cuatro que disputaron los playoffs y cerró el año en el sexto lugar con 55 puntos a seis de los de arriba.
Fueron varios factores que impidieron que Lomas se meta en la definición, no solo la reducción de dos cupos para ésta temporada sino además lo numérico, que por muy poco lo marginaron.
El item de desequilibrio ante la paridad de unidades es la cantidad de partidos ganados, luego la diferencia de gol y en tercer lugar los tantos a favor. Dentro de esas estadísticas, los de Arenales terminaron con 16 triunfos y de ganar podría haber especulado en la previa con malas actuaciones rivales, aunque la victoria se les hizo esquiva y eso hizo que el compromiso final carezca de atractivo para el tricolor.
Pero no todo fue frustración en el año en que Jorge Lombi llegó al sur y logró plasmar en el conjunto su sistema de juego que maximizó la efectividad en los córneres cortos. La gran alegría fue la consagración de Santiago Montelli como el máximo artillero del campeonato con 40 festejos y casi todos desde esa via.
Banfield subcampeón sin premio y Lanús con gran cierre, los atractivos de la B
El Taladro completó un año con 29 victorias, dos caídas y tres empates. Finalizó como escolta con un total de 93 puntos a solo seis del puntero, Universitario, que se quedó con el único ascenso directo. El Alviberde fue otro de los que sufrió con la modificación del sistema de juego, que en la temporada pasada otorgó promoción de categoría para los dos primeros y además dos repechajes. Otra pudo ser la historia de continuar con ese reglamento de hace doce meses.
Pese a esto, nunca bajó los brazos y se concentró en la segunda oportunidad para subir, los duelos de ida y vuelta frente al representante de la A, Quilmes High School. No le fue mal en el primero, donde ganó 2 a 1, se mostró superior y quedó con la ilusión de alcanzar el viejo anhelo de acceder a la división de elite.
Pero en la revancha sufrió un durísimo revés al perder 2 a 1 con algunos momentos de desconcentración y tuvo que definir desde los 23 metros. Nunca pudo recuperarse psicológicamente de ese golpe y en los penales australianos solo convirtió uno de los cuatro que efectuó, por lo que debió volver a Luis Guillón cabizbajo.
Mal final para una gran campaña de Banfield, en la que solo perdió dos partidos y ambos en la segunda rueda: ante SITAS por 4 a 2 en la fecha 7 y frente al campeón Universitario por 3 a 2 en la décima. En el resto de los compromisos, igualó tres y ganó los otros 29, además de finalizar la primera mitad del campeonato invicto y apabullar a su archirrival Lanús por 8 a 0 en Arias y Guidi para cerrar el torneo.
Por su parte, el Granate se despidió con esa derrota que no le hizo honor a su brillante sprint final. Antes del clásico, ostentaba un más que respetable record de siete victorias consecutivas que lo llevó a terminar en el noveno lugar con 54 unidades.
Durante esos compromisos ante Universitario La Plata B, BACS, Brandsen, Estudiantes, Ferro volvió a sumar de a tres como en la primera mitad, contra SITAS ganó a diferencia del empate anterior y frente a San Fernando B venció y se vengó de la caída anterior.
Si se extiende esa serie, las estadísticas arrojan que en los últimos once partidos solo perdió con el campeón y el escolta, además de sumar dos empates con GEBA B y Güemes.
Su gran problema, sin dudas, es que encontró tarde la regularidad para ganar y por eso no luchó ni siquiera por un espacio en el repechaje al despedirse de la puja casi a la mitad de la segunda rueda.
Asimismo demostró que tiene mucho para dar de sí al revertir su floja primera mitad del año donde sufrió ocho caídas, una igualdad y ocho triunfos. En contrapartida, en la última ronda las derrotas fueron seis, dos los empates y nueve triunfos.
FOTO: Sergio Lysycky