Morelia Colque, la mujer que fue víctima de violencia de género por parte de Brian Huanca, el hombre al que asesinó en marzo de 2018, en una vivienda ubicada en el barrio Tongui de Lomas de Zamora, se siente más aliviada luego de quedar absuelta este miércoles por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora. “Estoy bien, lo primero que hice hoy fue llevar a mi nena al jardín”, dijo ya sin la tobillera electrónica que tenía colocada, dado que hasta su absolución se encontraba bajo prisión domiciliaria por estar delicada de salud y alejada de su bebé.
“Para mí fue muy importante que el Tribunal escuchara mi historia después de tanto tiempo donde venía humillándome por todo lo que me decían”, relató Morelia, en diálogo con DiarioConurbano.com. Y recordó qué pasó después de aquella noche del 31 de marzo de 2018, cuando su ex pareja ingresó a su vivienda por la parte posterior, y luego de discutir con ella en la cocina la tomó del cuello y comenzó un forcejeo que terminó en un trágico final.
“Los primeros meses me trataron muy mal, como si fuese una asesina serial, como si fuese una loca. Se burlaban de mí y no querían acercarse porque decían que los iba a lastimar. Yo no era esa persona que ellos creían. Por suerte, lo pude demostrar. Mucha gente me pidió disculpa por cómo se había comportado al principio y me decían ‘si yo hubiese sabido tu historia, te trataba de otra manera’”, lamentó.
Con la ayuda de su psicóloga, quien también declaró durante el debate oral y público, la joven de nacionalidad boliviana, pudo salir adelante. “Mi psicóloga es muy buena persona, me ayudó muchísimo para poder expresarme y contar mi historia. También para poder aclarar mis pensamientos porque antes me cerraba por cómo era mi familia”, expresó.
Colque tuvo una hija con su expareja. La nena hoy tiene cuatro años. “Hoy la pude acompañar al jardín, quería saber cómo era el jardín, quién era su seño. Fue una emoción salir por el barrio después de cuatro años de encierro”, contó.
Y añadió: “Hoy me siento libre y con muchas ganas de rehacer mi vida. Esto era lo que más quería, demostrar la clase de persona que soy, y poder salir adelante con mi hija”.
Desde el arresto domiciliario, Morelia trabaja cociendo ropa y eso la ayuda para poder criar a su hijita. “Me habían dado dos maquinas y me traen alrededor de 500 prendas para terminar en tres semanas. Con eso vivo y pago mi alquiler”, explicó.
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