Luego de tres años del femicidio de Marcela Coronel, una enfermera de Longchamps asesinada en 2018, comenzó el juicio contra Gabriel Guevara, quien fue su pareja y se realizaron los alegatos. Mientras la fiscalía pidió prisión perpetua para el imputado, el abogado insistió en su absolución.
Gabriel Guevara es juzgado por el delito de homicidio agravado por el vínculo de pareja, por haber mediado violencia de género y por alevosía. Por otro lado, Pablo Guevara, cuñado de la víctima, es juzgado por haber sido partícipe secundario ya que colaboró a limpiar la escena del femicidio y abandonar a la hija de la pareja en Burzaco.
Durante el debate, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Lomas de Zamora, declaró una ex pareja de Guevara que aseguró: “Era un violento y si no hubiera sido Marcela, hubiera sido yo. Mi vida al lado de él fue un infierno”.
La testigo relató que durante su relación sufrió manipulación, insultos y acoso por parte del imputado. “Me decía atorranta, sabía todos mis movimientos y cuando quería terminar la relación me decía que se iba a suicidar”, expresó la mujer. También agregó que luego de dos episodios puntuales en los que él la agarró del cuello y le rompió objetos en su cuarto, ella decidió denunciarlo.
Por su parte, Lorena Coronel, hermana de la víctima, contó sobre la relación que mantenían, especificó que cuando Marcela intentó dejarlo también se excusó con un “supuesto suicidio” y agregó que su expectativa en este juicio es que sea condenado a “prisión perpetua”.
Además declaró ante en Tribunal cómo le afectó el hecho a Luciana, la hija de Marcela y el acusado. “Lu tiene cuatro años y va a terapia desde el 2018 porque tenía ansiedad por separación. Le tenía miedo a todo, hasta a conversaciones que manteníamos. Antes del fallecimiento de su mamá, era una nena totalmente diferente”, aseveró Lorena.
En este sentido, Elizabeth Vélez, supervisora del Hospital Italiano, donde trabajaban Marcela y el acusado, hizo hincapié en las situaciones de acoso perpetradas por Guevara en su lugar de trabajo.
“Les mandaba fotos a sus compañeras de trabajo, a mi me mandaba mensajes más atrevidos y cuando le hablaba me miraba los senos. Me sentía acosada y muy angustiada”, expresó. Según lo relatado por esta testigo, Marcela se enteró de estas situaciones embarazada y resaltó que en verano la vio con una remera de manga larga para intentar tapar un golpe.
En la etapa de alegatos, el fiscal Andrés Procopio pidió prisión perpetua para Gabriel Guevara y tres años para Pablo. La particular damnificada, Mariana Chiacchio, solicitó seis años para el cómplice y adhirió al pedido de perpetua para la entonces pareja de Marcela.
Por su parte, el defensor de Gabriel requirió la absolución y el de Pablo la libertad ya que consideró que estos tres años en la cárcel fueron suficientes.
Según la investigación, el femicidio fue perpetrado en la vivienda de la pareja, ubicada en Longchamps el 28 de mayo de 2018, y fue recordado, entre otras situaciones, por la filmación en la que se ve cómo uno de los imputados se lleva en brazos de la casa a la hija de Coronel tras el crimen.
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