En el inicio del juicio oral y público por el crimen de Rodrigo González, cometido en 2019 en Temperley, Gabriel Castro, el principal acusado, declaró este lunes frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Lomas de Zamora que lo enjuicia. Minutos después se escucharon testimonios de vecinos, familiares del hombre asesinado y víctimas de otros hechos.
Luego de escuchar los lineamientos generales de la acusación, a cargo del fiscal Hugo Carrión, el defensor oficial Roberto Fernández adelantó que Gabriel Castro (44), imputado por el delito de “robo agravado y homicidio criminis causa, ambos en tentativa, y homicidio agravado” decidió declarar. Fernández es el representante de Castro tras la renuncia del abogado particular Adrián Norberto Casal.
Castro se sentó frente a los jueces cerca de las 10.30 de la mañana para “defenderse”. Lo hizo minutos antes de que comenzara la declaración de testigos, en la Sala II del tercer piso del Departamento Judicial lomense.
“La verdad es que la ruta que tomó el fiscal Leonardo Kaszewski fue la más corta. Quiero explicar que cometió un error. Como se hicieron público los hechos y como tengo antecedentes, los agilizó”, así comenzaba su relato el acusado. Luego, pasó rápidamente a hablar de la víctima: “Pensé que no hacía daño a nadie robando un auto y, hoy, me doy cuenta que por mi accionar perdió la vida un ser humano”. Y agregó: «Hubiese preferido morir yo».
Minutos después, describió como comenzó su raid delictivo ese 19 de agosto de 2019, cerca de las 21 cuando, junto a otro delincuente, intentó robarle un auto a un matrimonio que llegaba a su domicilio de la calle Iriarte al 800, en Temperley, pero como se tiroteó no pudo terminar de cometer el delito. Según la versión de Castro, el arma que portaba esa noche, era una “réplica”.
Cuando el fiscal Hugo Carrión le consultó si recordaba haber pasado por la casa donde estaba Rodrigo festejando un cumpleaños familiar, Castro, contestó: “No recuerdo, seguramente lo hice, pero no recuerdo”.
También manifestó: “Cuando me entero por las noticias que había fallecido un hombre quedé shockeado. Nunca me escondí”.
En ese contexto, argumentó que estaba herido y que buscó esconderse en una casa. “Se empezaron a escuchar sirenas y ante la desesperación de pensar ‘de vuelta preso por robar un auto’… Entré al baño, veo que estaba herido, y llamo al hombre (al dueño de la casa). Le pido: ‘Me pones en marcha el auto, me abrís la puerta, y después te lo dejo tirado por ahí’. De ahí me fui para la casa de la madre de mi hijo y me llevaron al hospital’”.
LA DECLARACIÓN DE LOS TESTIGOS
Tras la declaración del acusado, comenzó una larga lista de testigos entre los que se encontraban la familia de Rodrigo González y las víctimas de otros dos hechos. La mayoría fue coincidente con el color de la ropa que tenía esa noche Castro y algunos afirmaron que lo vieron corriendo con un arma en la mano.
“Llegué a mi casa cerca de las 21 con mi pareja. Ella se queda con el auto en marcha, abro el portón y observo la presencia de dos personas armadas. Me trencé a puño con uno de ellos y mi pareja gritaba. El de buzo rojo efectuó disparos y empezaron a correr. Los pierdo de vista pero escucho que siguen tirando tiros a la vuelta”, relató Carlos, la víctima del primer hecho. Luego declaró de igual modo su pareja.
“Escuché ´me están robando´. Me asomé a la puerta, y veo a mi vecino forcejeando con dos muchachos desconocidos”, contó otro testigo.
LA FAMILIA DE RODRIGO
Marta, la suegra del hermano de Rodrigo, contó que ese día festejaban su cumpleaños y que los hermanos González estaban mirando el encuentro entre Racing y River. La víctima era hincha del equipo de Avellaneda. “Escucho como cohetes pero mi sobrino me dijo que no eran cohetes, sino tiros. Me dirijo al comedor y veo que está llegando mi marido. Él tenía llaves pero decidí abrirle. En ese momento veo dos personas corriendo con armas. Le dije: ‘Alberto, metete, que hay una persona con revólver’. En eso escucho que a Rodrigo le dispararon”, explicó.
Según la acusación, Castro pasó por el frente de esa vivienda y disparó en varias oportunidades contra ella. Uno de los balazos ingresó por la ventana e impactó en el pecho de González. El hombre de 35 años murió horas más tarde en Hospital Gandulfo, tras ser operado.
Soledad, la cuñada de la víctima, por su parte, contó: “Lo vi a Castro parado en el medio de mi casa con el arma en la mano”. Luego relató el traumático momento que vivió cuando vio a su cuñado agarrándose del pecho y manifestándole dolor. “La policía no lo quería llevar. Con mi familia lo cargamos en el auto y lo llevamos al hospital”, recordó angustiada.
Otros de los testimonios relevantes de la jornada fue el de Eduardo, la víctima del tercer hecho. El hombre describió frente a los jueces que se encontraba en la cocina de su casa cenando y mirando el encuentro entre Racing y River cuando observó una sombra que se desplazaba cerca de su ventana.
“Cuando me asomé vi que ingresaba Castro. Estaba tirando la puerta de mi casa para entrar. Cuando me acerqué estaba apuntándole con el arma a mi esposa y cuando me vio, automáticamente, me apuntó”, afirmó.
Luego, aseguró, que el acusado encerró al matrimonio y a la madre de la mujer en el baño por unos segundos y que después le pidió la llave del auto para escapar. “Estaba demasiado sacado. Vi que le salía sangre de la oreja”, sostuvo.
Al finalizar la audiencia, el representante del Ministerio Público informó que este lunes finalizaron los testimonios por parte de la fiscalía. No obstante, el jueves a partir de las 9 de la mañana declararán cuatro testigos de la defensa y empezarán los alegatos.
