Por Fernando “Chino” Navarro (*). Tenía serios problemas de salud, pero los que lo conocimos sabemos que no murió por el desgaste de su cuerpo. Lo que lo mató fue la tristeza que le provocó la derrota que habíamos sufrido en manos de la Alianza. Juan Bruno Tavano, el “Tano”, sabía lo que ese escenario implicaría para la Argentina.
Se vivían días de derrota. Ya en ese entonces comenzó a engendrarse el 19 y 20 de diciembre. El “Tano” lo sabía, y su corazón militante no aguantó, tal vez, el sufrimiento que su pueblo indefectiblemente viviría.
El “Tano” nos dejó físicamente hace 16 años, pero su legado militante sigue hoy en los cientos de compañeros que formó. No sólo con la palabra, sino con sus acciones concretas siempre a favor de los humildes.
Su tono campechano lograba empatía enseguida en su interlocutor. Era el intendente del pueblo. No gestionaba detrás de un escritorio, militaba en los barrios, junto a los vecinos, junto a los compañeros, junto a su querido pueblo de Lomas de Zamora.
A 16 años de aquellos días de tristeza, después de Duhalde llegaron Néstor y Cristina Kirchner. Construimos los mejores 12 años de las últimas décadas, aunque no nos alcanzó para doblegar a la nueva derecha que hoy representa Macri.
Hoy tenemos muchos desafíos por delante. No podemos y no debemos permitir que todos los avances logrados por el pueblo argentino y materializados por Néstor y Cristina sean arrebatados.
Hoy más que nunca lo recordamos y extrañamos al “Tano” Bruno. El mejor homenaje que podemos hacerle es repetir su militancia, priorizando la política y el compromiso con los humildes.
Teniendo siempre presente el pensar en colectivo y no en el ego de los candidatos apresurados. Como nos enseñó el legendario compañero Bruno, que privilegió siempre la condición de militante en pos de un proyecto político en común y siempre desechando los intereses individualidades.
El “Tano” representa los valores que tiene el peronismo: solidaridad, sensibilidad social, amor por el prójimo, luchar día a día para lograr la felicidad del pueblo.
El recuerdo de Bruno Tavano nos obliga a seguir caminando los barrios codo a codo con el vecino, como él nos enseñó. Nunca dudar en accionar frente a una injusticia. Militar políticas que beneficien al pueblo sin ningún freno burocrático teniendo en cuenta una de sus enseñanzas más recordadas: “Para hacer política no hay que pedir permiso”.
Nunca serán suficientes los homenajes que le hagamos para resaltar su legado militante. Lo único que nos queda hacer en su nombre es caminar erguidos y sentirnos orgullosos de poder ser militantes.
Porque si tendríamos que sintetizar quién fue Juan Bruno Tavano, solo podríamos decir una cosa: Un HOMBRE DEL PUEBLO.
(*) Diputado de la Provincia de Buenos Aires por el Frente para la Victoria- Movimiento Evita.
Foto: Juan Sayas