Otra vez, Don Acuña y el Pibe escudriñan historias narradas al paso, casi con desdén, de personajes y lugar del sur del Conurbano. Este es el turno del Jota García, un amante del vino, los bailes, los amigos, las mujeres, los problemas. Un nuevo texto de Pablo Pallás para DiarioConurbano.com.
Don Acuña camina por Garibaldi hacia Cerrito, calor de febrero, gotas de sudor le caen desde la frente. Gorra en la cabeza, transpira, camina, cada tanto una brisa lo ayuda a respirar mejor, sorpresivamente escucha que lo llaman:
-Acuña, ¡Acuña!
-¿Qué haces pibe? ¡Tanto tiempo! ¿No te fuiste de vacaciones? –Dice con asombro Don Acuña al Pibe.
El pibe lo abraza, bermudas, remera con la cara del Capitán Piluso y gorrita, al tiempo dice con alegría: -Don Acuña, ¡cómo lo extrañe! Me fui de vacaciones y volví al Barrio ¡tengo que contarle muchas cosas!.
-Acompañame y empezamos, -dice Acuña
-Lo acompaño dice el Pibe -¿adónde va?
-Voy a ver a un amigo a la calle Joaquín V. González, ¿venís pibe?
-Bueno vamos -dice el Pibe entusiasmado.
Así se reencuentran luego de un mes el Pibe y Don Acuña.
-¿Mar o montaña? -Pregunta Don Acuña.
-Rio y montaña -contesta el Pibe.
Don Acuña replica con interés -Vos sabes que algo parecido era el Arroyo del Rey, los famosos bañados de Lomas de Zamora, no eran tipos limpios, sino el famoso arroyo y sus playas, Mi abuelo, de ahí me quedó eso de andar mucho de a pie, solía recorrer las Lomas de a pie o a caballo e iba al Arroyo a Pescar o a bañarse, nadaba en el arroyo, dice que ahí justamente aprendió. Ahora imagínate con lo contaminado que está, tratar de hacer una brazada en medio del lodazal.
-Cuestión que era lugar de encuentro, allí conoció al famoso personaje de la noche lomense Jota García, andaban mucho con mi abuelo por las lomas, sobre todo en verano, a la tarde a bañarse al arroyo, a la noche, a la milonga. Viernes, sábado y domingo. Alguna orquesta típica tocaba para los vecinos. A mi abuelo no lo terminaba de convencer estar siempre con Jota García, porque tenía fama de mujeriego y eso le jugaba en contra a mi abuelo cuando se arrimaba a alguna chica en el baile.
-Jota García era famoso porque de día trabajaba de carpintero en una mueblería y de noche hacía algunas travesuras. Iba a algún club donde tocaba la típica, y antes de empezar se acercaba a la barra y empezaba a darle a la damajuana, no de a litro, pedía la damajuana entera, que a veces la compartía con amigos, en muchos casos con mi abuelo, aclara Don Acuña.
Después de clavarse media damajuana empezaba la caza de las muchachas, ellas no se hacían esperar, la pinta de Jota, la gracia y la fama hacían lo suyo, él ponía el cuerpo.
Una noche después de media damajuana tuvo la ocurrencia de declararle su amor a Verónica que todos en el barrio, incluso Jota, sabían que tenía una hermana melliza, Victoria, esa noche estaban las dos, vestidas igualitas, borracho como estaba Jota no distinguía a una de la otra, pero le declaró su amor a Verónica. Sobrio una tarde después de la mueblería fue a visitarla y sin querer le declaró su amor a Victoria, creyendo que era la misma del baile. Se encontraron los tres el sábado siguiente en el Olimpia, Damajuana de por medio, las dos venían juntas y el malevo Jota no supo a quién saludar primero, intentó con una mientras la otra le daba con la cartera, luego la otra replicó el golpe, para esto, apareció el primo de las mellizas y entre los tres le dieron flor de paliza a Jota García, que igual siguió haciendo de las suyas pero con un poco más de cuidado.
Muchos años después, los dos ya grandes, mi abuelo y Jota, el arroyo ya contaminado, iban juntos a las piletas Ocean, en dónde hoy está la feria. Los dos casados, con hijos y nietos, de eso si me acuerdo yo Pibe porque a mi me llevaban, pero esa es otra historia.
Pablo Pallás