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El deporte como motor para la superación: la historia de Belén Ameijenda

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Para muchos, quizás, el deporte sea percibido como un entretenimiento, un pasatiempo o, incluso, una actividad recreativa. Pero hay historias que muestran su otra faceta, la más sustancial, y tal vez la más importante: la de motor que lleva a jóvenes de todo el mundo a salir adelante, dejando atrás aquellas barreras que se les imponen en el camino. Ese es el caso de Belén Ameijenda, la joven automovilista de 25 años que desde su nacimiento convive con una malformación congénita llamada Espina Bífida, pero que sueña con un lugar en los Juegos Paralímpicos de París 2024 en tiro con arco y correr, a la vez, profesionalmente en el circuito automovilístico. La deportista está recaudando fondos para comprar una butaca adaptada que le permita competir profesionalmente.
En sus primeros días de vida, los médicos le habían asegurado a sus padres que no iba a poder caminar. A pesar de eso, y tras 11 años de rehabilitación kinesiológica, Belén pudo comenzar a dar sus primeros pasos en andador al año de vida y actualmente camina con bastones canadienses de manera independiente.
Las secuelas de esta malformación la hacen tener menor musculatura y fuerza en sus piernas, pero esto no le impidió competir en el automovilismo ni mucho menos, sino que, por el contrario, Belén es actualmente la primera piloto mujer con discapacidad en Latinoamérica del automovilismo deportivo.
Las carreras de Turismo Carretera y Fórmula Uno fueron las que impulsaron a Belén a introducirse en el mundo automovilístico de muy chica. Apenas 4 años tenía ella cuando ya soñaba con correr y triunfar en el circuito. La joven piloto cuenta que “siempre tuve ganas de ser piloto, pero como no lo veía posible por mi discapacidad decidí estudiar periodismo deportivo.”
En una de sus prácticas en el autódromo Mouras de La Plata, conoce a quién sería su principal inspiración y referencia en el deporte adaptado: Juan María “el gatito” Nimo, que al igual que ella, también tiene una discapacidad. Belén recuerda que “realmente verlo a él fue lo que me motivó a intentar ser piloto. Ahí comencé a interiorizarme en mi objetivo”.
Desde su lugar, Belén Ameijenda milita por una mayor difusión y aceptación del deporte adaptado en la sociedad. “Nosotros, los deportistas que tenemos la posibilidad de ser más visibles, tenemos la responsabilidad de visibilizar y acercar a las personas con discapacidad al deporte adaptado, ya que mucha gente no lo conoce”, sostiene.
Acerca de la difusión en los medios opina que “falta un montón para que sea tomado de la misma manera que el deporte convencional. Los que nos dedicamos a esto queremos tener las mismas posibilidades”. La visibilización del deporte adaptado, para Belén, ayuda a romper con los cánones establecidos de lo que una persona con discapacidad debería hacer de su vida.
Por otro lado, la automovilista se encuentra actualmente en la búsqueda de sponsors y patrocinadores que le ayuden a cumplir su sueño. Para participar en las carreras de automovilismo, es indispensable para ella conseguir una butaca homologada de $170.000 que le permita adaptar el auto para poder manejar. Para eso, se encuentra recaudando dinero por diferentes medios a través de su cuenta de instagram @belu.honda.
 
Juan Juárez


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