Tras la finalización de la presentación de pruebas en el juicio por Yamila y Silvia Rosso, el fiscal de la causa, Pablo Pando, solicitó en la etapa de alegatos, 30 años de prisión para Alberto Ángel Pérez, único imputado por el doble homicidio. Mientras el abogado de las víctimas solicitó prisión perpetua por haber enmarcado con la figura de femicidio el hecho ocurrido el 28 de diciembre de 2014 en Avellaneda, la defensa pidió la absolución.
Pando justificó que se comprobó la autoría penal de Pérez con la prueba testimonial de vecinos que observaron el asesinato y explicaron que el único que estaba en la residencia además de la víctimas quienes eran madre e hija, era el imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. Entre ellos, citó a dos testigos que pidieron reservar su identidad por posibles amenazas de Pérez, que habían relatado que escucharon los disparos y vieron al acusado entrar y salir de la casa. También resaltó que en las pericias se incautaron vainas “que determinaron que coincidían con el arma registrada por Perez de calibre 40”.
El acusado estuvo prófugo por un año hasta que fue encontrado en Brasil tras una denuncia por violencia machista. “De no haber habido otra persona en el lugar, él se hubiera prestado a presentar su testimonio. Pero en cambio, el imputado cruzó la frontera en Uruguay tras cinco horas del hecho”, manifestó Pando.
El fiscal alegó que no agregó los agravantes de alevosía o violencia de género para no exponer una nulidad debido a que Brasil le había concedido la extradición del imputado con la condición de que no se lo condenara con una pena mayor de 30 años.
Por su parte, el abogado querellante, Juan Manuel Combi, demandó prisión perpetua porque considera que medió la violencia de género y que el imputado ejercía la violencia “sobre todas las mujeres que lo rodeaban mientras que con los vecinos hombres no tenía problemas”. Madre e hija vivían en un PH que tenía dos casas y en una de ellas residía Pérez. El imputado discutía con las víctimas porque no quería que usarán el pasillo en común entre ambas residencias. En este sentido, el abogado especificó: “Silvia y Yamila no podían usar el pasillo pero si lo tenían que limpiar cuando él les tiraba basura en el piso”. Con respecto a la posible nulidad alegó que “entiende la responsabilidad del representante público” pero como particular damnificado “no tiene la obligación de considerarlo”.
A su vez, indicó que otra de las víctimas en el hecho fue el niño de dos años que lo presenció dado que estaba junto a Yamila y Silvia en ese momento. Se estima que las víctimas se sentaron en la vereda con reposeras por el calor que tenían y Pérez habría llegado en su moto para luego dispararles a ambas mujeres dejando al niño. De igual modo, destacó que luego de irse del país “no se comunicó con nadie teniendo familia en Argentina”.
Por otro lado, el abogado defensor, Carlos Catalano, pidió la absolución y se manifestó en “discordancia” con lo sostenido debido a que “los testimonios carecen de definición y presentan contradicciones”. Con respecto a uno de los testigos con identidad reservada apuntó: “Sostuvo haber visto muchos detalles y otros no mientras estaban en el mismo campo visual”.
Catalano afirmó que se “pretende construir una imagen de demonización sobre Pérez” y que no se vislumbra “una cuestión de género”. “No las mató por ser mujer o por lo menos no hay pruebas de que sea por eso”, aseveró.
Para cerrar la audiencia el Tribunal le permitió al imputado expresar unas palabras antes de dar por finalizada la jornada. Pérez manifestó que “indudablemente Yamila y Silvia son las víctimas” pero que él recibió tres tentativas de homicidio y por eso se habría ido del país. “Yo no le disparé a nadie y el 28 de diciembre me fui porque fueron a matarme”, sostuvo el acusado.
