El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°7 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, dictaminó un veredicto condenatorio para Juan Eugenio Zabala, por el femicidio de María Magdalena Ojeda, una mujer de 37 años que fue asesinada de un golpe en la cabeza en 2017 en Ingeniero Budge por su pareja. En los próximos días, se conocerá el monto de la pena, aunque la hipótesis más fuerte es que sea prisión perpetua.
Rubén Ojeda, hermano de la víctima, manifestó en diálogo con DiarioConurbano.com: “Esperamos que sea prisión perpetua para que pague por lo hizo y no salga más. Lo que nos reconforta es que el Tribunal lo considere culpable”. El día 30 de octubre se conocerá la sentencia y el monto de la pena que establezcan los jueces.
Mientras el fiscal a cargo, Hugo Carrión, había solicitado prisión perpetua para Zabala, único imputado por homicidio agravado en el que medió violencia de género, la defensa sostuvo que el hombre “no participó del hecho” pero en el caso de que se lo condene, se consideren los atenuantes.
“Está a la vista que él la mató. Era una chica inocente de 37 años que nunca se había enamorado y él logró meterse adentro de la casa de mi madre”, indicó el hermano de María.
En base a lo presentado por la fiscalía, el día 11 de enero de 2017 Ojeda salió de su casa cerca de las 10 de la noche con la excusa de que se dirigía a la casa de uno de sus hermanos porque cuidaba a sus sobrinos por la mañana. Sin embargo, nunca llegó y se estima que se encontró con el imputado, que en aquel entonces era su pareja.
Luego de esa noche, la familia de la víctima no volvió a saber de ella y la buscaron por 20 días hasta que apareció internada como NN en el Hospital Presidente Perón, de Avellaneda. La autopsia reveló que Ojeda fue golpeada en la cabeza “por un mecanismo violento” que le produjo el hundimiento de cráneo, y se desestimó que fuera producto de una caída.
Según los testigos, esa noche Ojeda recibió llamadas de manera constante y por eso entienden que el imputado se quiso encontrar con ella. Luego de la desaparición de la víctima, Zabala no volvió a contactarse con la familia. “No nos van a devolver más a mi hermana pero nos queda saber qué es lo que hizo con ella. Esta angustia la vamos a llevar siempre”, apuntó el hermano. Los testigos que se presentaron para declarar, plantearon que Ojeda sufría violencia machista por parte de Zabala y “volvía golpeada».
“Él tuvo antecedentes de violencia antes. Todos queríamos sacarla a mi hermana de esa relación pero ella no nos escuchaba. Siempre lamentamos como hermanos que no pudimos sacarla de ahí”, aseguró Rubén.
