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Banfield y la biblia del deporte argentino

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La historia de una foto de El Gráfico que fue una postal del dolor para los hinchas del Taladro. Así Federico Ramras, periodista y fanático hincha de Banfield, nos invita a leer esta nota que escribió para DiarioConurbano.com, con historias que generaron la pasión de los hinchas de Banfield retratada en las páginas de la revista deportiva que hizo historia en todas las canchas.

La revista El Gráfico acaba de morir. Y se llora su muerte. Sin embargo, su desaparición da vida a innumerables recuerdos que brotan con fuerza de geiser entre sus cientos de miles de lectores a lo largo de sus casi 100 años de vida.

Se puede (y se debe) hablar de lo que fue. Porque no se trató simplemente de una revista. Durante mucho tiempo, en gran parte de su existencia, fue una escuela de periodismo que llegaba todos los martes (o los lunes a la noche) a la casa de sus devotos alumnos. Porque era cierto eso de que la fecha no terminaba hasta ver qué decía El Gráfico. Desde Borocotó hasta Osvaldo Ricardo Orcasitas (O.R.O), pasando por Frascara, Panzeri, Ardizzone, el viejo Juvenal, Cherquis Bialo (sí, el de «Johannesburg» en Sudáfrica 2010). Y también otras decenas de firmas destacadas e ilustradas que nos permitían ver lo que no veíamos y entender lo que no entendíamos a través de sus páginas.

Se puede (y se debe) hablar de lo que fue. Porque no se trató simplemente de una revista. Las páginas que dictaron cátedra sobre deporte, que contaron como ninguna otra las hazañas de nuestros atletas y sportsmen, fueron las mismas que en la época más oscura de nuestra historia, como muchos otros, jugaron para el lado de los dictadores, como aquella vez que publicaron la carta apócrifa de Ruud Krol a su hija, en la que el capitán holandés en Argentina 78 decía que «aquí es todo tranquilidad y belleza» y remarcaba: «No te asustes si ves algunas fotos de la concentración con soldaditos de verde al lado nuestro. Esos son nuestros amigos, nos cuidan y nos protegen». 

Todo lo bello y todo lo horrible, empresas y operaciones mediante, merecen un análisis más profundo. Pero acá los amigos de Diario Conurbano me convocaron gentilmente para otra cuestión. Para hablar del vínculo entre El Gráfico y Banfield. Y el vínculo entre El Gráfico y Banfield, para mí, es hablar principalmente de una foto. Una foto que intenté convertir en película. Una foto que, antes de que supiera la existencia de Volver al Futuro, me hizo imaginar sobre la posibilidad de construir una máquina para viajar en el tiempo y así tratar de cambiar la historia.

La foto, en blanco y negro, muestra a Manuel Graneros, arquero de Banfield, volando de palo a palo para tratar de detener un indetenible disparo de Mario Boyé. La foto es la postal del tricampeonato de Racing en 1951, pero yo deseaba viajar en el tiempo para darle un impulso extra a Graneros, que el arquero tapara ese misil y la foto se transformara en la postal del primer campeonato de Banfield, el primero de un equipo de los chicos en convertirse en rey en un mundo dominado entre los grandes.

Miraba y miraba esa foto en una edición aniversario de El Gráfico y trataba, buscaba la fórmula para convertirme en una especie de Marty McFly. Miraba y miraba esa foto y me iba corriendo a la casa de mi abuela para que me contara una y otra vez cómo vivió el pueblo banfileño aquel 5 de diciembre de 1951. Todo un pueblo (y dicen que también Eva Perón) hacían fuerza para que el Taladro diera la vuelta olímpica luego de terminar primero en la tabla por goal average (unos campeonatos después se comenzó a usar la diferencia de goles como factor de desempate), aunque igualado en puntos con el poderoso Racing de Ramón Cereijo, el ministro de Hacienda de Perón. Fue miércoles -la primera final se había jugado un sábado y había terminado en parda- y hubo asueto en Banfield. Negocios con las cortinas bajas, escuelas vacías para que todos los que pudieran fueran sin culpa al Gasómetro. Toda una barriada expectante de lo que podía lograr el equipo de Eliseo Mouriño, Luis Bagnatto y Gustavo Albella. No pudo ser. Graneros, por más que intentara miles de veces darle fuerza telekinética para tapar el remate atómico de Boyé, nunca llegó. La foto, obviamente, era imposible de modificar. Hasta que en 2009, de la mano de Julio César Falcioni, la herida al fin sanó.

Pero la relación entre El Gráfico y Banfield no es sólo esta anécdota personal. El Gráfico son tapas que los fanáticos, como yo (por si no se dieron cuentan) atesoran como si se trataran joyas de la corona. Como la primera, del 23 de agosto de 1940, con el retrato de Rafael Sanz y su bigote ultrafino, bajo la descripción «insider derecho de Banfield». O la del 18 de mayo de 1951, que tiene a Eliseo (centre half de Banfield) con la pelota bajo el brazo derecho. También la del 23 de julio de 1954, que muestra a Graneros, Bagnato y Ferretti, como el triángulo de Banfield, juntos desde 1951. Y la del 26 de septiembre de 1962, con Norberto Raffo, Luis Maidana, José Herrera, Oscar López y Roberto Zárate, la delantera del ‘Taladro’ que se cansaba de meter goles y perforar redes, entre algunas otras.

Más acá en el tiempo, con Boca y River acaparando las portadas y el mercado, se hacía más difícil encontrar a Banfield en la tapa. También, en tiempos de vacas flacas y fútbol de los sábados (llámese en la B), se tornaba aún más complicado encontrarlo en alguno de los artículos. Sin embargo, con alma de buscador de tesoros, uno revisaba hasta el último epígrafe para ver si detectaba (y celebraba) algo vinculado con el Taladro. De ahí que uno iba a las corridas a los kioscos para hacerse de un ejemplar, como el del 22 de mayo de 2001 que tuvo a Garrafa Sánchez y al Laucha Lucchetti en la portada para mostrar al campeón de la B Nacional que volvía a la A tras las inolvidables finales contra Quilmes. O la edición especial de diciembre de 2009, que muestra al capitán Laucha con la copa de campeón que nos hizo llorar a todos bajo el título ‘Taladro de oro’.

El Gráfico y Banfield, esos recuerdos que llevan a la infancia. Porque más allá de todo siempre resultó hermoso que el glorioso Taladro apareciera en la biblia del deporte argentino.


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